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El concilio 'hippy'

El Woodstock Music and Arts Fair "fue un acontecimiento social único y sería irrepetible", explican una y otra vez los protagonistas de aquel encuentro en el que participaron más de 450.000 personas, hoy hace exactamente 20 años.El festival se celebró entre los días 15 y 17 de agosto de 1965, en las húmedas y rojizas tierras de Bethel, en el condado de Sullivan (Nueva York), donde aún se oyen los ecos de las guitarras y el rugido ensordecedor de decenas de miles de jóvenes con ansias de cambiar el mundo o al menos sus propias vidas.

Durante el festival murieron dos personas, una a consecuencia. de un accidente de tráfico y otra por culpa de una sobredosis de droga. Las muertes se compensaron, sin embargo, con dos nacimientos y la esperanza de un mundo mejor.

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Los organizadores y la policía, desbordados por completo por aquella marabunta humana, tuvieron que solicitar ayuda a la Guardia Nacional, que también se vio impotente para controlar la masiva e imparable afluencia de público. Bethel se convirtió por unos días en la tercera ciudad más habitada del Estado, después de Nueva York y Buffalo.

Un servicio de helicópteros evacuó a los enfermos. Se creó un ambulatorio y un hospital de campaña, y los guardias tuvieron que construir servicios entre los bosques vecinos, mientras cientos de jóvenes decidieron cocinar para los demás. Las recetas de aquellos pasteles y cocidos hippies se siguen editando en un libro llamado The Woodstock food.

La lluvia y el barro contribuyeron a que el caos fuera mayor, pero, pese a todo, el festival cumplió su objetivo: ofrecer tres días de paz y música. Woodstock fue organizado por un joven de 22 años procedente de Miami (Florida), Michael Lang, y su amigo Artie Korrifeld. Su entusiasmo atrajo al escenario de Woodstock a grupos rockeros y cantantes folk como Joan Baez, Neil Young, Joe Cocker, Arlo Guthrie, Tim Hardin, Creedence Clearwater, Janis Joplin, Santana, The Who, The Band, Jimi Hendrix, Iron Butterfly y Grateful Dead, entre otros. Fue precisamente el legendario Jimi Hendrix quien dió una muestra de la pluralidad musical del encuentro, cerrando el festival con su interpretación de America the beautiful.

Miles de jóvenes rompieron las vallas que rodeaban el recinto donde debía celebrarse el concierto y pocas horas después los organizadores lo declaraban gratuito. Los talonarios de entradas a siete dólares quedaron vírgenes, y hoy, se venden como recuerdo.

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