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Rafsanyani liga la crisis de los rehenes a las cuentas en EE UU, según un diario iraní

El diario iraní Teheran Times informó ayer que el nuevo presidente, Alí Akbar Hachemi Rafsanyani, estaría dispuesto a utilizar toda su influencia para conseguir la liberación de los rehenes occidentales en poder de milicias shiíes libanesas a cambio de que la Administración de George Bush descongele las cuentas financieras iraníes, que guardan unos 11.000 millones de dólares, embargadas en 1979 por el presidente Jimmy Carter. La Casa Blanca respondió de inmediato con una negativa a vincular ambas cosas, invocando el principio de "no cambiar armas o dinero por rehenes".

El diario iraní citó a una fuente próxima a Rafsanyani que comentó la información del dominical británico The Sunday Express, relativa la supuesta oferta de Bush de descongelar las cuentas a cambio de la libertad de los rehenes. Según esa fuente, Rafsanyani "aceptó con reservas la propuesta norteamericana, sobre todo porque en el pasado se recibieron ofertas similiares que jamás se concretaron".El Teheran Times añadió, siempre citando al "estrecho colaborador" de Rafsanyani: "EE UU debe dar el primer paso, y una vez que sepamos que las cuentas están desbloqueadas, sin lugar a dudas Irán dará el siguiente paso". El diario reconocer que Teherán tiene "cierta influencia espiritual sobre estos grupos [shiíes], que se podría utilizar".

El portavoz de, la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, rechazó claramente ayer la posibilidad sugerida por el diario iraní, al afirmar: "Nuestra política es no cambiar dinero, ni armas, ni nada por rehenes, ni pagar rescate por su liberación".

Postura israelí

Por su parte, las autoridades israelíes no tienen en cuenta el ofrecimiento de los shiíes libaneses de canjear al jeque Abdelkarim Obeid y a otros 450 presos shiíes y palestinos por los rehenes occidentales mientras no se incluya la liberación de los soldados israelíes en poder de las milicias libanesas.

Se asegura en Tel Aviv que por ahora no se ha recibido una propuesta seria, ya sea de la Cruz Roja, de la ONU o de un país tercero, informa De todas formas, la llegada ayer a Israel, del enviado especial de la ONU, el británico Marrack Goulding, procedente de Damasco y Beirut, puede cambiar este punto.

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Goulding, en sus primeras declaraciones en Tel Aviv, instó a Israel a liberar de inmediato a Obeid como fórmula para desbloquear la situación. "El secuestro israelí de Obeid no ayudó a aliviar la crisis", dijo, a lo que el ministro de Defensa, Isaac Rabín, replicó: "No pensamos lo mismo".

En Jerusalén se habla de "guerra de nervios" desencadenada por Hezbolá (Partido de Dios, proiraní), que tiene una doble finalidad: poner a prueba la paciencia israelí y buscar la confrontación entre Tel Aviv y Washington. Washington no quiere negociación, pero Israel piensa que es necesario buscar el intercambio.

Moshe Arens, ministro israelí de Exteriores, cifra en tres puntos la confluencia de intereses con EE UU: no ceder ante a los terroristas; que se considere que Hezbolá es el único responsable de la suerte de los rehenes, y que Siria e Irán son coresponsables.

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