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Los trabajadores de Citroën abandonan su encierro en la catedral de Santiago

Xosé Hermida

Los más de 600 trabajadores de la factoría de Citroën de Orense abandonaron ayer el encierro que mantenían desde el día anterior en la catedral de Santiago, después de que el presidente en funciones de la Xunta, Javier Suárez Vence, les prometiese su mediación en el conflicto. Los obreros, que pretenden defender sus puestos de trabajo ante el inminente cierre de la industria, anunciaron además una tregua en sus movilizaciones hasta el próximo día 16 para favorecer las gestiones del Gobierno autónomo.

Suárez Vence, que recibió en su despacho a una delegación de los trabajadores, advirtió que la actuación de la Xunta será "puramente institucional" y por lo tanto no puede ofrecer ninguna garantía de solución "porque eso depende exclusivamente de la empresa".

Los sindicatos con representación en el comité de empresa, UGT, CC OO e Intersindical Nacional de Trabajadores Galegos, justificaron el abandono del encierro por la "buena voluntad" del jefe del Gobierno en funciones y acusaron a la Administración de haberse inhibido del conflicto en este momento.

Las centrales reclamaban desde hace varias semanas la mediación del Gobierno autónomo, que en los últimos años ha subvencionado con más de 700 mi s de pesetas a la factoría que Citroën Hispania posee en Vigo.

Venta de la factoría

La firma automovilística formalizó el pasado mes la venta de la planta de Orense a la multinacional francesa Labinal, que no garantiza la continuidad de los puestos de trabajo, pues pretende dedicar las instalaciones a otras actividades cuando se haga cargo de ellas a partir del próximo 1 de septiembre. Los sindicatos firmaron el 15 de julio un acuerdo con la empresa en el que la dirección reconocía el derecho de todos los empleados a recolocarse en otras factorías de Citroën Hispania. Sin embargo, la empresa rompió este acuerdo unilateralmente en los últimos días con el pretexto de que había firmado bajo presiones de los trabajadores. Las centrales desmienten esta versión y aseguran que el texto del acuerdo fue redactado por los propios directivos de la compañía en presencia del gobernador civil de Orense.

Tras la ruptura del pacto, los trabajadores iniciaron movilizaciones que incluyeron actos de sabotaje a intereses de Citroën en las provincias de Orense y Pontevedra. El pasado viernes, se desplazaron en varios autobuses a Santiago, acompañados de sus familiares, para encerrarse en la catedral y presionar para que el Gobierno gallego mediase en el conflicto. La empresa ha presentado en los últimos días denuncias judiciales contra varios obreros por su presunta participación en hechos violentos.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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