Encierro de más de 600 trabajadores de Citroën en la catedral de Santiago

Más de 600 personas, trabajadores de la factoría Citroën de Orense, acompañados de sus familiares, permanecen encerradas en la catedral de Santiago para protestar contra el cierre de la industria. Los trabajadores, que están dispuestos a mantener su actitud indefinidamente, pretenden que la firma automovilística les garantice su recolocación en otras factorías del país.

Los sindicatos con representación en el comité de empresa, UGT, CC OO e Intersindical Nacional de Traballadores Galegos, se oponen a la venta de las instalaciones de Orense a la multinacional francesa Laminal -operación cerrada el pasado mes de julio- por considerar que no garantiza la continuidad de los puestos de trabajo. La dirección se había comprometido por escrito con las centrales sindicales a recolocar a los cerca de 500 empleados en otras factorías de Citroën-Hispania, pero posteriormente rompió el acuerdo argumentando que se había firmado bajo coacciones.

Durante los últimos días, piquetes de trabajadores obligaron a cerrar a todos los concesionarios de la firma automovilística en la provincia de Orense y apedrearon 350 coches en el centro de distribución que Citroën posee en la localidad de O Porriño, en Pontevedra.

Representantes de los trabajadores se entrevistaron durante todo el día de ayer con altos cargos de la Xunta para intentar que el Gobierno gallego medie en el conflicto con la empresa.