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Comandos israelíes capturan en el sur de Líbano a una dirigente de Hezbolá

Una unidad del Ejército israelí, compuesta por unos 12 comandos, secuestró en la madrugada de ayer en el sur de Líbano al dirigente musulmán Seij Abdel Karim Oveid, uno de los responsables del partido proiraní Hezbolá. Oveid, de 36 años, es el sucesor de Seij Rajhreb Harb, asesinado durante una incursión israelí en Líbano en 1984.El secuestro fue duramente criticado por Irán, cuyo Ministerio de Exteriores pidió en una declaración que los musulmanes y "las fuerzas combatientes" no dejen sin respuesta esta acción, calificada como "obvio ejemplo del terrorismo de Estado". El presidente norteamericano, George Bush, afirmó por su parte que actos como éste no ayudan a la paz en Oriente Próximo.

El helicóptero en el que se desplazaban los comandos penetró en Líbano por la ciudad costera de Tiro, poco después de la medianoche del jueves, mientras aviones de combate israelíes realizaban maniobras para camuflar la entrada del helicóptero, según habitantes de Tiro.

En Nabatiyé, a 80 kilómetros al sureste de Beirut y a 32 kilómetros al norte de la frontera con Israel, los hombres abandonaron el helicóptero y se desplazaron al poblado cercano de Gibchit. Allí asaltaron la casa de Oveld armados con pistolas provistas de silenciadores y lo secuestraron. Durante la acción mataron a un habitante del pueblo que se resistió a los comandos.

Carga de artillería en Tiro

Junto a Oveid fueron secuestrados dos hombres de su familia, mientras que su mujer fue dejada atada en la casa. El comando abandonó Líbano hacia las dos de la madrugada en el helicóptero, mientras que Tiro volvió a recibir una carga de artillería y ataques de helicópteros israelíes para cubrir la retirada.Medios diplomáticos occidentales en Tel Aviv se inclinan por considerar el secuestro de Oveid una operación minuciosamente preparada para dar con el paradero de rehenes israelíes y norteamericanos. En primer lugar, para conocer el paradero del coronel de los marines norteamericano Richard Higgins, secuestrado hace casi dos años.

Israel quiere saber también qué pasó con el desparecido piloto Ron Arad, cuyo avión caza fue abatido en Líbano el 16 de octubre de 1986, pero que se salvó con su paracaídas. Otra preocupación es la suerte de un soldado druso israelí, Ibrahim Ashek, secuestrado el 1 de febrero de 1986. La última cuestión por aclarar es el paradero de tres soldados israelíes desaparecidos durante la guerra de Líbano en 1986.

Según varios diplomáticos, el interrogatorio de Oveid podría proporcionar a Israel, a Estados Unidos y a otros países occidentales informaciones preciosas acerca de los rehenes en poder de Hezbolá u otras organizaciones terroristas, aliados a shiíes extremistas. Tampoco es improbable que se pretenda hacer, en un determinado plazo de tiempo, un trueque: rehenes por Oveid y sus dos familiares.

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