La legislación para proteger el medio ambiente abrirá en España un mercado de un billón de pesetas

La protección del medio ambiente dará lugar al desarrollo de un nuevo sector industrial. La preocupación ecológica va a abrir en España un mercado con un volumen de inversión previsto de un billón de pesetas durante los próximos cinco años. El Ministerio de Industria quiere que los empresarios españoles se apresuren a coger ese tren y consigan la mayor parte de esa gran tarta verde.La preocupación creciente en Europa y en todo el mundo por proteger la tierra, el aire y el agua y preservar los limitados recursos naturales ha sido contemplada hasta ahora por los empresarios españoles como un molesto pero inevitable aumento de costes. Una especie de peaje impuesto desde los países comunitarios más avanzados.

El ministro de Industria y Energía, Claudio Aranzadi, quiere cambiar esa mentalidad y convencer a los empresarios de que la onda verde que atraviesa Europa es algo más. Concretamente, una nueva oportunidad de negocio. Empresarios, políticos y algún ecologista se han reunido esta semana en Bilbao para reflexionar juntos sobre economía y medio ambiente.

Programas Eureka

La adaptación de la industria española a las normas anticontaminantes de la CE exigirá una inversión muy importante, calculada en un billón de pesetas.La sensibilidad creciente de la opinión pública y la extensión del movimiento político ecologista ha alcan ado ya una dimensión económica imparable. En la última reunión interministerial del plan de investigación comunitaria Eureka, 21 de los 85 proyectos sometidos a estudio estaban directamente relacionados con la protección de la naturaleza.

La mayor demanda de nuevos equipos anticontaminantes, aproximadamente un 70%, se concentrará en los sectores químico y energético. La mejora de la combustión de elementos naturales, la filtración de emisiones polucionantes, el saneamiento y reciclado del agua y el tratamiento de los residuos son algunos de los problemas que deberán afrontarse.

En España existen, según datos del Ministerio de Industria, unas 300 empresas, la mayoría de mediana dimensión, dedicadas al suministro de equipos y servicios relacionados con el cuidado del medioambiente. La normativa comunitaria prohíbe la concesión de ayudas públicas o incentivos superiores a los ya vigentes en los países líderes de la CE en este terreno, como la RFA. La respuesta de Aranzadi será "la promoción tecnológica e industrial" y la "difusión de una cultura empresarial nueva, que no vea la preservación del medio ambiente como una amenaza sino como una oportunidad".

Las consecuencias económicas de la onda verde no se limitan a la necesidad de fuertes inversiones para proteger el medio ambiente. Serán más y de distinto signo. En las jornadas de Bilbao, el vicepresidente del Gobierno vasco, Ramón Jáuregui, reconoció que una secuela en apariencia negativa de la aplicación en España de las normas comunitarias consistirá en una desaceleración de la capacidad de atraer proyectos industriales desde países cuya legislación medioambiental es más exigente.

Pero otras consecuencias pueden ser positivas. Además del desarrollo de un sector nuevo, con capacidad de generar empleo, la experiencia demuestra que las empresas contaminantes son las primeras en pagar la factura de la polución, en forma de enfermedades profesionales y absentismo laboral.