El COOB sostendrá ante el COI en Puerto Rico que la "unidad institucional" ampara a Barcelona 92

El Comité Organizador Olímpico Barcelona 92 (COOB) sostiene en el informe que presentará ante la 95ª- sesión plenaria del Comité Olímpico Internacional (COI), el próximo agosto en Puerto Rico, que los dirigentes del COI y de las federaciones internacionales que se reunieron en Barcelona el pasado abril, justo cuando la guerra de los hoteles entre la Generalitat y el Ayuntamiento se hallaba en plena erupción, pudieron ser testigos de "la unidad de nuestras instituciones" en torno al proyecto olímpico de la ciudad. Precisamente, el 27 de abril, al clausurar la reunión de la ejecutiva del COI en Barcelona, el presidente del organismo, Juan Antonio Samaranch, advirtió públicamente contra la falta de unidad institucional ante los JJ OO de 1992. El próximo martes, 25 de julio, faltarán exactamente tres años para la inauguración de los Juegos Olímpicos.

El consejero delegado del COOB, Josep Miquel Abad, se refiere en la carta que encabeza el informe al que ha tenido acceso EL PAÍS, a la estancia en Barcelona, hace tres meses, de la plana mayor del movimiento olímpico internacional: "La ciudad y el COOB", escribe Abad, "se enorgullecieron de poder ofrecer hospitalidad a la familia olímpica y de dar fe de ( ... ) la unidad de nuestras instituciones y de los sentimientos de una ciudad que vive con la mirada puesta en el hito de 1992".Ninguno de los dirigentes olímpicos que entonces se encontraban en Barcelona fue ajeno, sin embargo, a la virulenta batalla olímpica que enfrentaba a socialistas y convergentes. Muy al contrario, pudieron comprobar en directo cómo el alcalde Pasqual Maragall acusaba a la Generalitat de presionar a tres empresas para que abandonasen su interés por el proyecto de prolongación del metro hasta Montjuïc y la Zona Franca, mientras que Convergència i Unió (CiU) sostenía que el plan de hoteles de los socialistas propiciaba la especulación urbanística.

Incluso Samaranch admitió públicamente en aquella ocasión el malestar del COI por la tensa polémica política suscitada a causa del veto de la Generalitat al originario plan municipal para fomentar la construcción de nuevos hoteles de lujo antes de 1992. "Todo aquello que no sea unidad y voluntad de trabajo para mejorar los Juegos Olímpicos", dijo entonces Samaranch, "es motivo de preocupación para el COI porque está en juego no sólo el prestigio de la ciudad, sino el de todo el país y el del movimiento olímpico".

En el escrito de presentación del informe del COOB a la 95ª sesión plenaria del Comité Olímpico Internacional, en la que Samaranch será reelegido presidente, Abad destaca, al igual que ya hiciera en el documento remitido en abril a la ejecutiva del COI, la resolución de las necesidades de alojamiento de la familia olímpica, entre otros "importantes objetivos cumplidos" por los organizadores de los JJ OO. En idénticos términos se refiere al comienzo de las obras de ampliación del aeropuerto de Barcelona, que dispondrá de una terminal para uso exclusivo de la familia olímpica en 1992.

El resto del informe, que ya obra en poder de los miembros del COI, pasa revista al estado de la organización barcelonesa, aunque no introduce -a excepción del presupuesto definitivo del COOB, aprobado en mayo- modificaciones sustanciales respecto a la información facilitada hace tres meses a la ejecutiva del COI. Al igual que entonces, el documento pasa por alto las dificultades que el COOB está encontrando para hallar un emplazamiento adecuado para las competiciones de tiro olímpico, una cuestión recientemente calificada como "crítica" por el propio Abad.

Tampoco se hace referencia alguna a los considerables problemas surgidos en torno a la ubicación del concurso completo de hípica. Tras fracasar las negociaciones iniciadas hace un año con los propietarios de una finca en Terrassa (Barcelona), el circuito de hípica se disputará finalmente, según acordaron la pasada semana la Federación Internacional y el COOB, en una finca ubicada en el municipio de Seva (Barcelona).

Planes bloqueados

El informe tampoco se refiere en ninguna ocasión a los conflictivos proyectos de prolongación del metro hasta Montjuïc y de construcción del tramo Diagonal-El Prat o pata sur del II Cinturón de Ronda, ambos paralizados por falta de acuerdo institucional y que tendrían una notable incidencia en el plan de transportes de Barcelona 92.

El COI ha hecho patente en diversas ocasiones su interés en que la Barcelona de 1992 disponga de un vial que enlace directamente el aeropuerto con el centro de la ciudad, en clara referencia a la pata sur del II Cinturón. En este sentido, el presidente de la comisión del COI que supervisa los traba . os del COOB, el sueco Gunnar Ericsson, ya advirtió el pasado mes de noviembre, con ocasión de una de sus visitas semestrales a Barcelona, que el COI lamentaría profundamente que Barcelona no dispusiera en 1992 de ese enlace.

El alcalde de Barcelona y presidente del COOB, Pasqual Maragall, manifestó el pasado viernes ante el pleno del Ayuntamiento sus escasas esperanzas acerca de la posibilidad de que los citados proyectos puedan ser realidad antes de la cita olímpica barcelonesa. Sobre la pata sur, señaló que "al final se hará, aunque deprisa, tarde y mal". En relación al metro de Montjuïc tampoco fue mucho más explícito: "Se hará; no sé cuándo, pero se hará", dijo Maragall. La entrevista que mantuvieron la semana pasada Maragall y el presidente del Gobierno, Felipe González, no fue suficiente, a tenor de las palabras del alcalde, para disipar la indefinición institucional que afecta a los citados proyectos.