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CITA EN MADRID

La Carta Social se queda en un deseo de 11 países

Felipe González, presidente de turno de la Comunidad Europea, destacó ayer entre "las decisiones importantes" de la cumbre de Madrid las conclusiones que, sin carácter vinculante, adoptó el Consejo Europeo sobre el anteproyecto de carta de derechos sociales fundamentales. El resultado fue el ya conocido de antemano: 11 países a favor que no pudieron vencer el rechazo absoluto del Reino Unido. La primera ministra Margaret Thatcher se encastilló en su posición de que los británicos no necesitan ninguna carta social europea porque ya tienen una "bastante buena".

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Lo único positivo de un debate forzado por González, quien ayer insistió en que el retraso de la Comisión Europea en presentar sus propuestas no había permitido ir más lejos, fue una declaración de objetivos recogidas en un anexo de las conclusiones de la cumbre.La falta de unanimidad resta cualquier valor vinculante al texto, aunque el objetivo de la Carta Social ha sido recogido por el presidente François Mitterrand como "uno de los objetivos prioritarios de la presidencia francesa", que comenzará el proximo 1 de julio.

Privado su mandato comunitario del próximo semestre de cualquier contenido monetario, Francia aspira a vencer el veto británico, "aunque no hay margen de optimismo que permita superar una oposición que es exclusivamente de carácter político", en opinión de un portavoz comunitario. La comisaria responsable de Asuntos Sociales, Vasso Papandreu, presentará en breve un programa de acción, "lo cual no quiere decir que los fran ceses vayan a tener más facil el triunfo".

El retraso de la dimensión social europea, como contraste al desarrollo de la Europa de los capitales dentro de la construcción del mercado único, demuestra, según Delors, que "en Europa la derecha es más ideológica que la izquierda".

Para Felipe González las conclusiones tienen un cierto contenido político. Se refirió incluso a que esa posición de "once contra uno" había sido juzgada como un resultado suficiente por los dirigentes de la Confederación Europea de Sindicatos. A pesar de los avances obtenidos durante la presidencia en materia de seguridad e higiene y formación profesional permanente, el Gobierno no logra "el acento social prometido" ni la victoria moral a escala europea para compensar el fracaso interno en su relación con los sindicatos. El secretario general de Comisiones Obreras, Antonio Gutiérrez, calificó ayer la cumbre de "regresiva".

El único avance positivo es el párrafo consensuado por los doce en el que se afirma que "el Consejo proseguirá los trabajos dirigidos a adoptar las medidas necesarias para la realización de la dimensión social, incluidos los derechos sociales fundamentales".

La dificultad mayor estriba en la convivencia de las futuras normas comunitarias con las. legislaciones nacionales y los convenios colectivos. Esta lucha de competencias es imposible si se quiere respetar la autonomía nacional, en opinión de Thatcher, mientras Delors afirma que la convivencia es perfectamente posible como se demuestra en otros ámbitos del mercado único.

El anteproyecto de Carta Social que los ministros de Trabajo de la CE debatieron por primera vez el pasado 12 de junio, para permitir así que el debate fuera elevado a la cumbre, está todavia sometido a modificaciones. Sin embargo, "los derechos fundamentales enunciados constituyen la identidad social de la Comunidad". En eso están de acuerdo todos, menos la primera ministra del Reino Unido.

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