Los ingenieros de Obras Públicas piden que se incluya en ley su responsabilidad civil
La propuesta de que se establezca por ley la responsabilidad civil por los actos que realicen los ingenieros de obras públicas es una de las iniciativas del borrador de ley de atribuciones elaborado por el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas. El proyecto será entregado al titular del departamento y a los grupos parlamentarios.
El borrador tiene como propósito el desarrollo de la ley de Atribuciones Profesionales de 1 de abril de 1986, y al margen de otros aspectos encaminados a deslindar esta profesión de la de ingenieros superiores de caminos, canales y puertos, se propone incluir un artículo según el cual "el ingeniero técnico es responsable civil de los actos que realice en ejercicio de sus atribuciones profesionales".Asimismo, se pretende que la futura ley exija a la persona o empresa para quien trabaje el ingeniero la suscripción de un seguro de responsabilidad civil que cubra la que pudiera producirse como consecuencia de su actuación profesional.
El texto prelegislativo define la ingeniería de obras públicas y regula el ejercicio de esta profesión, cuyos trabajos deberán sujetarse a los planes urbanísticos y a las normas sobre medio ambiente y calidad de vida y respetar, se dice en un artículo, el "interés público". Desde una perspectiva modernizadora, la propuesta de ley recoge la normativa de la CE sobre libertad de establecimiento y prestación de servicios y configura las sociedades de ingeniería, inspiradas en el derecho comparado europeo más consolidado.
Carlos García-Cuesta, decano presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, que agrupa a unos 7.000 profesionales, estima que la iniciativa colegial "rompe con el corporativismo del que justamente se ha acusado muchas veces a estos colectivos y muestra la voluntad de colaborar con la institución legislativa".
Carlos García-Cuesta resalta que "es la primera vez que un colegio profesional abandona la tradicional dedicación a proteger a sus colegiados, aunque sean unos sinvergüenzas, y toma la iniciativa de autorresponsabilizarse en beneficio de los ciudadanos".
Sin miedo a la competencia
Respecto a la apertura a Europa, García-Cuesta señala que se trata de adaptarse a la normativa comunitaria aunque eso produzca la competencia de profesionales de otros países. "El buen profesional no debe tener miedo a la competencia, que puede enriquecer nuestra técnica", asegura. El decano afirma que, además, los ingenieros de obras públicas españoles "no estamos tan mal en materia de obras".El decano resalta la novedad de las sociedades de ingeniería, en las que ninguno de los asociados podrá poseer más del 50% y que, siguiendo el modelo europeo, potenciarán el trabajo en equipo.
García-Cuesta informa que se trata de una profesión sin parados y que existe en el mercado una fuerte demanda de ingenieros de obras públicas. Actualmente un 35% son funcionarios de las distintas administraciones públicas; un 40% asalariados y el 25% restante se dedica al ejercicio libre.
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