Un banquero y un cardenal españoles, en el IOR
JUAN ARIAS, Dos españoles, José Ángel Sánchez Asiaín, presidente del Banco Bilbao Vizcaya, y el cardenal riojano Eduardo Martínez Somalo, figuran en la nueva estructura del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido también como el banco del Papa. El organismo, que controla las finanzas vaticanas, ha sido profundamente renovado para salir al paso de la vieja administración, que había sido objeto de críticas y polémicas a causa de la discutida actuación de su ex presidente, el arzobispo norteamericano de origen lituano Paul Marcinkus, quien deja definitivamente el puesto, que conservaba desde 1971.
Asiaín, casado y padre de cinco hijos, ha sido nombrado uno de los cinco miembros que forman el nuevo Consejo de Administración del IOR. [La Conferencia Episcopal española manifestó anoche su "satisfacción" por el nombramiento de Sánchez Asiaín, de quien destacó su "reconocida calidad humana y su identidad cristiana", informa Efel.Los otros cuatro expertos financieros que forman parte del Consejo de Administración son el alemán Theodor Pietzcker, de 65 años, casado y padre de dos hijos, doctor en jurisprudencia, abogado del tribunal de la región de Essen y miembro del Consejo de Administración del Deutsche Bank; el norteamericano Thomas M. Macioce, nacido en Nueva York en 1919, que posee varios grados académicos en el Columbia College y en la Columbia Law School, director de diversas empresas, casado y padre de una hija; el suizo Philippe de Weck, ex presidente de la Unión de los Bancos Suizos y actual vicepresidente del Consejo de Administración de Nestlé, casado y padre de siete hijos. Y por último, el italiano Angelo Caloia, presidente del Medio Crédito Lombardo, de 50 años, doctor en economía y comercio por la universidad del Sagrado Corazón, de Milán. Ha sido consultor del Parlamento italiano en materia financiera y ha trabajado gratuitamente para la diócesis de Milán.
El cardenal Somalo, ex sustituto de la Secretaría de Estado y actual prefecto de las Congregaciones de Culto y Sacramentos, forma parte de la comisión de cinco cardenales encargados de controlar la fidelidad del nuevo IOR y de nombrar al Consejo de Administración y al prelado, un sacerdote no obispo, que hará de secretario de dicha comisión de cardenales. Este cargo ha recaído en la persona del italiano monseñor Donato de Bonis.
Los otro cuatro cardenales que, con el español Somalo, forman parte de la comisión de control son el cardenal secretario de Estado, Agostino Casaroli; el brasileño Agnelo Rossi, ex prefecto de Propaganda Fide; el africano Bernartin Gandin, prefecto de la Congregación de Obispos, y el norteamericano John O'Connor, el poderoso y conservador arzobispo de Nueva York, que será el único de los cinco que no vivirá en la curia.
Nombramientos pendientes
Un tercer nivel de designaciones en la nueva estructura del IOR será un equipo de tres revisores de cuentas, que deberá ser nombrado por el Consejo de Administración. [Entre los nombres que se mencionan para este organismo hay también otro español, Joaquín Muns, economista y eurodiputado en la pasada legislatura. Muns será un asesor general de finanzas, dependiente de la Prefectura para Asuntos Económicos de la Santa Sede, según declaró el propio Muns a este diario, informa Francesc Valls.]
Sin embargo, el verdadero órgano de gestión del nuevo IOR será el Consejo de Administración, que, a su vez, tendrá que nombrar ahora al director y al vicedirector del IOR, ambos seglares y que deberán vivir en el Vaticano, y a tres revisores de cuentas. Dicho Consejo de Administración deberá reunirse no menos de una vez cada tres meses.
El IOR, que anteriormente dependía en forma exclusiva del Papa, goza de autonomía tras la reforma de su organigrama, aprobada este año.
Los criterios de la nueva reforma fueron ilustrados ayer por el portavoz papal, Joaquín Navarro Valls, en la sala de prensa vaticana. Explicó que la reforma del IOR había sido decidida personalmente por el papa Juan Pablo II y que la nueva estructura empezará a funcionar a partir del 18 de julio próximo, fecha en la que por vez primera se reunirán en Roma conjuntamente los cinco expertos bancarios y los cinco cardenales.
Los criterios más importantes, según Navarro, han sido la decisión de escoger personajes de indudable profesionalidad Y de carácter internacional y la presencia esta vez de un solo eclesiástico, monseñor De Bonis, con funciones "sin poder". Aunque precisamente va a ser la presencia de este prelado lo que quede más oscuro de todo. De la información ofrecida por Navarro no fue posible conocer a fondo el papel de dicho eclesiástico "sin poder", que goza de la posibilidad de asistir a los consejos de administración, será el secretario de las reuniones de los cardenales y podría, por tanto, acabar siendo una especie de informador, ya sea frente al Papa o los cardenales, sobre las discusiones y debates de los expertos seglares.
La gestión de Marcinkus, quien estuvo al frente del IOR desde 1971, ha sido ampliamente criticada por sus vinculaciones con el antiguo Banco Ambrosiano, de Roberto Calvi. Este financiero fue procesado, huyó de Italia y acabó suicidándose bajo un puente de Londres después de que su banco, del que el IOR poseía una pequeña parte, quebró con deudas de más de 1.200 millones de dólares., En una reciente entrevista, Marcinkus declaró que no se arrepentía de nada de lo que había hecho al frente del IOR, salvo de su "excesiva confianza" en Calvi.
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