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Los vecinos de Anchuras cercan a los 20 militares que acudieron para medir el futuro campo de tiro

ANDRÉS MANZANO, Anchuras amaneció ayer organizando la resistencia. Tal vez porque "el enemigo" -en este caso es el Ministerio de Defensa- era poderoso, los vecinos, con el alcalde, Santiago Martín, a la cabeza, prepararon una estrategia de cerco a los 20 militares del Ejército del Aire instalados en la finca El Cijaral para comenzar la medición y ocupación del terreno. Durante todo el día de ayer, los habitantes de Anchuras montaron puestos de guardia en los accesos a la finca, comunicados por emisores receptores, cortaron el camino principal y llamaron a sus familiares de otras localidades para que ayudaran en la resistencia.

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Todo empezó cuando el lunes, a las ocho de la tarde, el alcalde recibió una carta de Defensa en la que se le comunicaban los primeros trabajos de ocupación de la finca y pedía al pueblo que colaborara, "en interés de la defensa nacional". La petición fue rechazada.El pueblo de Anchuras amaneció ayer desierto y paralizado. Prácticamente la totalidad de la población, exceptuando los dos concejales socialistas, un pequeño grupo que apoya la instalación del polígono de tiro, algunos ancianos y los miembros de la Guardia Civil de la localidad, se encontraba vigilando la finca El Cijaral y los caminos de acceso a la misma. El pueblo estaba lleno de pintadas, pancartas y carteles manifestando el rechazo a la creación del polígono. Como (decía una mujer, "hoy el ganado no ha salido de los establos, los trabajos del campo están parados, y las mujeres no han hecho las labores de la casa. No nos moveremos de aquí hasta que se vayan".

"Mañana seremos más"

Un ganadero, Julián Serrano Gutiérrez, remachó: "Ponga usted que estamos dispuestos a dejar morir el ganado antes de que hagan el polígono. Que las personas son antes que el ganado. Y avise que mañana será peor. Hoy hemos llamado a todos los familiares y amigos que viven en otros pueblos. Mañana [por hoy] seremos muchos más".

A unos dos kilómetros de Anchuras está la finca El Cijaral, que fue propiedad de Jaime Soto, accionista del Banco Urquijo, antes de que la permutara al Ministerio de Defensa por otra Finca situada en Cabañeros. El Cijaral, una finca de 1.800 hectáreas, está completamente vallada y hasta ahora se ha utilizado exclusivamente como coto de caza. Una chapa metálica advierte que la valla está electrificada.

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Desde la noche del lunes, los habitantes de Anchuras se apostaron en los tres caminos de acceso a la finca, el que llega desde Anchuras, la carretera asfaltada que parte del pueblo de Minas, y un tercero que llega al pantano de Cíjara. Por la tarde, se abrieron zanjas para impedir el acceso a los vehículos militares y los vecinos hicieron turnos durante la noche. Varias personas hicieron hincapié en que, en contra de lo que dicen los dos concejales socialistas, el polígono no va a beneficiar al pueblo ni va a crear puestos de trabajo.

El único contacto entre vecinos y militares se produjo en la mañana del lunes y consistió en el consabido diálogo de sordos. Separados por la valla, un capitán y dos sargentos dialogaron durante un rato con los vecinos amotinados. "No sirvió para nada. Ellos decían que sólo estaban cumpliendo con su deber y nosotros le dijimos que cumplíamos con el nuestro".

La comunicación entre vecinos y militares ha quedado cortada. La tarde parece que se presenta tranquila. El alcalde, después de atender a un montón de periodistas, ha tenido unos momentos libres para organizar los turnos de guardia que se mantendrán hasta la noche.

Los 20 militares están instalados cerca de la entrada a la finca El Cijaral desde Minas de Santa Quiteria. El campamento está formado por varias tiendas de campaña, vehículos militares, un camión contra incendios y otro de comunicaciones, que según afirmó el comandante Calderón, jefe del destacamento, está en contacto directo con el Cuartel General del Ejército del Aire.

"Es normal la reacción de la gente de Anchuras", afirmó el comandante Calderón, "pero espero que los ánimos se vayan calmando, cuando la gente del pueblo tenga más información sobre lo que va a ser el polígono de tiro. No creo que vaya a haber de enfrentamientos".

¿Y qué pasará mañana? Los militares siguen en sus tiendas. "La táctica de agotarnos por aburrimiento no les va a servir de nada", afirma Alfonso Labrador, miembro de la coordinadora local para la defensa de Anchuras. "Nosotros vivimos aquí y ellos no. No tenemos prisa".

El rechazo al polígono de tiro cuenta en Anchuras con el apoyo de los concejales independientes, el Partido Popular, Izquierda Unida y el CDS. De las 326 personas que votaron el pasado día 15 en las elecciones europeas, el PSOE obtuvo 87 votos, el Partido Popular otros 87, Izquierda Unida 139 y el CDS 13.

Los vecinos se muestran inquietos por el hecho de que el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José Bono, no les apoye, como hizo en Cabañeros. Mientras, han avisado a los ecologistas de la Federación de Amigos de la Tierra, AEDENAT, ADENEX (de Extremadura) y la CORA, entre otros. La Asociación para la Defensa de Cabañeros denunció ayer en un comunicado la maniobra de Defensa de permutar El Cijaral por una finca del parque natural.

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