Indignados y ofendidos

Más de la mitad de los lectores de EL PAÍS no han podido leer en las páginas de su diario ni el resultado ni la crónica del quinto partido de la final de la Liga de baloncesto, disputado entre el F.C. Barcelona y el Real Madrid el pasado 25 de mayo. ¿El motivo? El diario nunca los publicó en su edición nacional, ni en las ediciones de Andalucía y Comunidad de Valencia.Esta pérdida de una información de interés para muchos lectores ha provocado la "indignación y protesta" de Fernando Touves Seco, que ha escrito al defensor de los lectores desde Fuengirola (Málaga). El lector señala que le pareció lógico que en la edición del 26 de mayo no existiera referencia al encuentro, ya que al cierre de la edición el partido no había terminado. "Pensé que al día siguiente mi periódico favorito ofrecería el comentario del partido, pero no fue así. EL PAÍS del sábado 27 tampoco traía reflejada crónica alguna del acontecimiento. Solamente un artículo sobre el futuro del entrenador Lolo Sainz y de la sección de baloncesto del Real Madrid", escribe.

Luis Gómez, jefe de sección de Deportes, reconoce el error que supone esta ausencia informativa y señala que en el seguimiento de la noticia -la información sobre el futuro de Lolo Sainz- debería haberse incluido una amplia reseña del partido.

La recuperación de noticias en la sección de Deportes es un hecho frecuente, dadas las horas a las que habitualmente se celebran los acontecimientos deportivos, lo que impide que en las primeras ediciones -nacional, Andalucía y Comunidad Valenciana- se recojan crónicas que lleguen a la redacción después de las diez de la noche. EL PAÍS publica otras dos ediciones -Madrid y Barcelona- que cierran de madrugada. Todas las secciones tienen la obligación de recuperar las informaciones que se producen después del cierre.

Ofendido

Deogracias Pardo García, vendedor de Lotería Nacional en Guadalajara y aficionado a los toros, se ha sentido ofendido por un pie de una fotografía de la feria de San Isidro, publicado el pasado 25 de mayo en las páginas de la sección de Cultura y Espectáculos y que ilustraba una crónica de Joaquín Vidal sobre la suspensión de la corrida debido a un temporal de lluvia.

"El público (en la foto)", decía el pie impugnado, "aguarda en los soportales a que escampe, mezclado con toreros que piden una oportunidad y gente marginal que habitualmente pulula por Las Ventas".

Deogracias Pardo García ha remitido una carta al director de EL PAÍS en la que asegura que del pie de foto "se infiere que el enano del primer plano es uno de los marginados que pululan por Las Ventas, y siendo yo precisamente el señor bajito cuya imagen se utiliza como ejemplo de gente marginal", solicita que se publique otra vez la fotografía con el siguiente pie: "Debemos aclarar que con la expresión gente marginal no nos referimos a Don Deogracias Pardo García, en primer plano y a la derecha de la foto, vendedor de Lotería Nacional en Guadalajara y aficionado a los toros, que como el resto del público aguarda a que escampe la lluvia".

Raza

"Unas 170 personas sufren un infarto cada día, y muere un 15% de los que sufren el accidente" se aseguraba el pasado 19 de mayo en una información publicada bajo el epígrafe Sanidad y con el siguiente titular: Un nuevo fármaco que ya se utiliza en España puede reducir a la mitad la mortalidad de infarto.

Alfonso Torrents dels Prats escribe desde Londres para felicitarse por pertenecer a una .raza" tan fuerte como la española. "Realmente, estas 170 personas merecen un premio a la resistencia y el hecho de que haya un 15% de enclenques no le quita ningun mérito a la hazaña" dice en su carta.

"Supongo que en el extranjero, más modestos, habrían dado la noticia diciendo que todos los días hay 170 personas que sufren un infarto. Como en el extranjero son más, pueden permitirse el lujo de cambiar estas personas para que no sean siempre los mismos los que sufren el infarto", añade.

Alfonso Torrens concluye señalando que en otros países "tendrán una idea distinta de lo que es morir de accidente, como se atribuye en España a los que sucumben a dicha dolencia".

Para facilitar a los lectores la comunicación con el ombudsman, dada la sobrecarga de llamadas de la centralita del diario, les comunicamos que pueden ponerse en contacto telefónico directo llamando al número 754 45 53 de Madrid entre las diez de la mañana y las seis de la tarde, de lunes a viernes.