"La coyuntura nos hace felices"

El concepto que la comunidad financiera internacional tiene de España ¿ha cambiado?. Se sigue valorando a España, al Rey, al Gobierno, a los españoles. Desde fuera se ve todo maravilloso. Las grandes cifras de la economía española van muy bien, pero lo mejor que tiene está todavía oculto: es su dinamismo interno y el cambio en la clase empresarial. Tenemos el protagonista -los empresarios- y la coyuntura, y los banqueros nos sentimos felices con que la economía real tenga perspectivas tan de color de rosa, porque al cabo los bancos son lo que son sus clientes.

P. ¿Qué opina de la reciente adopción de medidas fiscales para completar las monetarias?.

R. Estamos metidos en un círculo vicioso porque la economía española sigue marchando muy fuerte, a través de tensiones inflacionistas, que hay que combatir con tipos de interés altos. Éstos provocan unas entradas de capital no deseadas, que aprecian la peseta. Ello genera, a unos meses vista, un problema de déficit comercial importante. Nuestra propia fuerza nos hace caer en esto, de lo que es difícil salir. Pero la política económica se está haciendo bien, aun cuando deba moverse en un entorno de no concertación y de conflicto social.

P. ¿Qué pasaría en la banca con un cambio de coyuntura, con los tipos de interés a la baja?

R. Normalmente, con tipos altos ganamos más, pero también podemos construir un balance a prueba de tipos, ganar más con tipos bajos. Pero los tipos altos tienen un mal efecto para nosotros: la mancha de aceite sobre las cuentas sin remunerar. Se puede tener el dinero dormido en una cartilla cuando los tipos son del 8%, pero cuando son del 14%. la pérdida de rendimiento es tal que todo el mundo espabila.

P. Solchaga ha criticado el excesivo margen de la banca española, su ineficiencia.

R. En eso yo no estoy de acuerdo. No es lo mismo una banca de grandes operaciones al por mayor, que obtiene un diferencial pequeñísimo pero a un coste ínfimo, que una banca que suma millones de pequeñas operaciones, lo que supone un alto coste, pues llevan más servicio incorporado. Un banco español y uno extranjero de operativas parecidas se asemejan mucho en los márgenes.