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CAMBIOS EN EL ESTE

Miles de personas armadas se suman a la crisis de Uzbekistán

Pilar Bonet

, La violencia étnica se extiende por la república asiática soviética de Uzbekístan, donde seis muertos y 90 heridos se sumaron el miércoles, según informó ayer la agencia Tass, a los 71 muertos y 600 heridos anteriores, en reftiegas que movilizan a miles de personas armadas y que desbordan ya ampliamente el conflicto original entre uzbekos y turcos íneshjetinos.

Una delegación de diputados asiáticos del Congreso de la URSS se ha trasladado al valle de Ferganá, foco inicial del conflicto que, según fuentes bien informadas, se ha agravado con la difusión entre los uzbekos de sentimientos antitadjikos y antirrusos, en una rápida e imprevista reacción en cadena. "La situación en Uzbekistán es catástrófica", dijo a EL PAÍS, el diputado Pulat Ajunov, miembro de la delegación pacificadora, poco antes de abandonar precipitadamente Moscú. "En el valle de Ferganá la situación es muy difícil, porque hay mucha población en paro, sin diferencia de nacionalidades.(...) Lo que pasó podría haberse pronosticado. Hay un malestar que se incendia como una chispa", señalaba el diputado partidario de cambiar inmediatamente la concepción del desarrollo económico de la república dedicada al monocultivo del algodón y con poca industria transformadora.

La tensión se apoderó el miércoles de la ciudad de Kokand, capital de un antiguo kanato y hoy centro comercial de una rica comarca agrícola en el valle de Ferganá. Allí, según Tass, una multitud de muchos miles de personas atacó una comisaría de policia con el fin de apoderarse de armas de fuego. Paralelamente, otro grupo de entre 500 y 600 jóvenes, enardecidos por los anteriores enfrentamientos en Ferganá los días 3 y 4 de junio, asaltaron una dependencia del Ministerio del Interior. Los asaltantes no consiguieron apoderarse del depósito de municiones, pero a resultas de los desórdenes murieron seis personas, más de 90 resultaron heridas, y 61 fueron hospitalizadas. Entre ellas hay policías, soldados y cadetes. Sesenta y cinco casas, 6 locales administrativos y más de 20 coches fueron incendiados, informaba Tass. Según dicha agencia, entre los asaltantes había delincuentes y la multitud había tomado alcohol y narcóticos. La situación en Kokand se mantenía tensa y continuaban los incendios. "Se logró dispersar a la masa de agresores, y detener a varios de los más activos", escribía la agencia. "Sin embargo, los vándalos, instigados por elementos criminales.y extremistas, están formando grupos agresivos en varias zonas", decía Tass. A los soldados se les ha permitido utilizar las armas como autodefensa, añadía la agencia.

Anteriormente, Pravda había dicho que entre las víctimas se encontraban soldados y policías, algunos de los cuales habían sido heridos con armas de fuego. Uno de los policías pereció. Los datos publicados por la prensa central no coinciden y la afirmaciones optimistas sobre el control del orden público del presidente del Consejo de Ministros de Uzbekistán, Gairat Kadirov, no parecían confirmarse con los hechos. "Estarnos indefensos, nos han privado de la posibilidad de luchar contra los bandidos", decía un oficial de la policía de Ferganá al diario Pravda Vostoka, citado ayer por Pravda. "Durante el día la multitud mata prácticamente de forma impune y saquea", decía el agente que, según Pravda, quería hacer oír su voz al Congreso de los Diputados. Unos 60.000 turcos meshjetinos, parte de la comunidad residente en Georgia deportada en 1944 por Stalin, viven en el valle de Ferganá.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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