Viena recuerda a Freud a través de la historia del diván y del alma moderna
Sigmund Freud, medio siglo después de su muerte en el exilio, se ha convertido en la figura central del Festival de Viena con dos muestras paralelas: Wunderblock. Una historia del alma moderna y Wiener divan (El diván vienés), Sigmund Fread, hoy. Es el retorno tardío a Austria del padre del psicoanálisis, que tuvo que terminar sus días en el exilio de Londres entre dolores insufribles a causa de un torturante cáncer en la cavidad bucal.
La salida de Freud de Viena fue abrupta y obligada. Escoltado por nazis hasta la estación de trenes donde tomó el Orient Express rumbo a París. Había llegado a Viena a los cuatro años. Vivió en la ciudad que amaba y odiaba 78 años. Y su hogar, en la Bergasse, número 19, era su casa, consulta y refugio, donde vivió 47 años rodeado de sus mujeres.Como un homenaje al creador del psicoanálisis la exhibición Wunderblock es un laberinto de la geografía del alma, en la que se descubren 500 cuadros, curiosidades, aparatos para dejar de roncar del siglo XIX, y máquinas para medir el alma y el cerebro. A pesar de que en la exhibición hay un eslabón perdido entre la historia de la psiquiatría prefreudiana y Freud mismo, se pueden ver piezas de su colección de antigüedades de Egipto y Grecia, primeras ediciones de sus libros publicados a fines de 1900 y fotografías inéditas.
El marco de esta muestra ha sido creado por la psicóloga Cathrin Pichler y el historiador de arte Jean Clair; es una expedición sin rutas, con pasillos laterales, nichos, cabinas, salitas cerradas con paneles. Una historia de las ideas antes de Freud, cuando aún se creía que el alma era un órgano; de médicos y charlatanes. De teorías de hipnosis como medio. terapéutico y teorías de localización del alma.
Sesión hipnótica
En la exposición se encuentran también referencias documentales a lo violento del alma, por ejemplo en el cuadro Lágrimas, del músico y pintor Arnold Schonberg, y en un autorretrato en el que aparece el rostro torturado de Vincent van Gogh, además del Autorretrato con pincel, de Oskar Kokoschka. También está la serie de grabados de Francisco de Goya El sueño de la razón produce monstruos. Para dar idea de una sesión hipnótica se documenta con un cuadro de Richard Bergh.El nombre de la muestra, Wunderblock, arranca de un concepto creado por Freud cuando se refería a una especie de "cuaderno mágico del alma" donde se va anotando la totalidad de la información y la magia de cómo se pueden redescubrir las hojas ya escritas, dependiendo de la luz con que se mire.
En la exhibición Wiener divan, El diván vienés, una muestra satélite y complementaria a Wunderblock, se exhiben varios divanes, el mueble oriental reinventado por Freud.
A esta muestra fueron invitados 50 artistas internácionales. En El diván vienes se repiten los materiales simbólicos freudianos: espejos, marcos. Motivos sexuales sutiles y motivos sexuales violentos, como varias esculturas colgantes de penes y corazones atravesados por una lanza sin punta de la escultora Louise Bourgeois.
En la exposición se exhiben cuadros de Miquel Barceló y José María Sicilia, y una escultura de Antoni Tápies.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.