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LA URSS ESTRENA PARLAMENTO

La realidad del sueño

La primera sesión del Congreso de los Diputados desilusiona a los moscovitas

Pilar Bonet

La desilusión y el descontento ante las sesiones del Congreso de los Diputados reinaban anoche en la Plaza Pushkin de Moscú, donde se habían reunido varios miles de personas que criticaban a los diputados, exigían destituciones y censuraban el procedimiento seguido para elegir al Jefe del Estado."Nuestros sueños no se cumplieron" decía un orador. "Debemos mirar la verdad cara a cara, el Congreso de los Diputados Populares ya ha fracasado. El pueblo debe responder ante este fracaso con un incremento de su actividad social. Hay que crear partidos alternativos", señalaba otro. "Vergüenza, vergüenza", gritaban masivamente los reunidos después de que uno de los oradores censurara la elección del Presidente "en un día y sin escuchar su programa para el futuro". "Han puesto el carro delante del caballo", afirmaba Vladimir Ivanov, quien defendió a Alexandr Abalenski, el diputado que opuso su candidatura a Gorbachov, convertido en un héroe popular en cosa de horas.

La manifestación era vigilada por enormes contingentes de la policía, que al principio querían enviar a los reunidos -e incluso se ofrecían a trasladarlos en autobús- a un inhóspito descampado destinado a mítines por el Ayuntamiento.

El nuevo Parlamento rechazó ayer la suspensión temporal del decreto que restringe las manifestaciones y mítines, aprobado en 1988 y contestado por los sectores reformistas. Estos sectores, representados por la socióloga Tatiana Zaslavskaia y el académico Andrei Sajarov, lograron un apoyo de 831 votos a favor de la propuesta, formulada por el escritor Ales Adamovich, de suspender el decreto. Sin embargo, 1.261 diputados votaron en contra y otros 30 se abstuvieron. Ahora la cifra de 831 comienza a ser manejada como un indicador cuantitativo máximo de la fracción progresista del Parlamento. Gorbachov no apoyó la propuesta, planteada como reacción a la intervención policial contra una multitud que se dirigía al Kremlin en la madrugada del 25 al 26 de mayo.

El ministro del Interior, Vadim Bakatin, reveló que existe un "régimen especial" de vigilancia para el Kremlin y la Plaza Roja" por lo que se reprimió a la multitud que se acercaba.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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