La olimpiada de la danza

Del 8 al 23 de junio, jóvenes bailarines de todo el mundo de entre 16 y 24 años participarán en el VI Concurso Internacional de Moscú. En esta especie de olimpiada, Carmen Paris y Muriel María, solistas del Ballet del Teatro Lírico Nacional, intentarán centrar la atención de un jurado de 25 especialistas y atravesar las tres eliminatorias. De ganar una medalla de oro,sus nombres subirán como la espuma, pero esta posibilidad no les quita el sueño a las bailarinas, más preocupadas en no defraudar a su enérgica preparadora, la soviética Valentina Savina.

Muriel María Romero es divertida, se ríe mucho, bromea con su elasticidad y consigue posturas inverosímiles... Tiene todavía un sentido adolescente de la vida, que se transforma en seriedad profesional cuando Valentina Savina empieza a dirigir el ensayo. Ésta, que ha sido adjunta a la dirección de la compañía de Maia Plisetskaia, da órdenes en una extraña mezcla idiomática que incluye frases enteras en ruso. Y lo curioso es que tanto Muriel María como Carmen Paris siguen las instrucciones a la perfección, aunque parece que más que comprenderlas las intuyen. Si la expresión de Savina se endurece, peligro. Si es relajada, satisfacción. "Tiene mucho genio", dice una de las pupilas.Pero el genio de Savina, que es tan guapa como una Joan Collins de la estepa, se convierte en amor de madre rusa al reflexionar sobre la danza, mientras narra las altas cualidades de Paris y Romero. Sobre la primera: "Tiene naturaleza, y lo que necesita es trabajar, para hacerlo mejor cada día. Trabajamos sobre la técnica, que es muy importante, pero sólo para conseguir el calor".

Sobre la segunda: "He visto que también tiene naturaleza, junto a una gran personalidad. Y es que no hay movimiento sin alma; en el ballet hay que explicar, en un minuto y medio, la música, el movimiento, el alma y el corazón".

Sobre ambas: "Su nivel es muy alto, y sirve para demostrar que no es cierto que en España no se dé gente con condiciones para la danza clásica Hay buena forma, naturalidad y escuela".

Savina informa que es la primera vez que bailarines españoles concurren a la competición moscovita. Muriel María y Carmen Paris fueron elegidas previa consulta con los responsables de la compañía. Las dos pertenecen al grupo de nuevas caras del Ballet Nacional: la primera interpretó en noviembre el papel principal en Paquita, turnándose con Arantxa Argüelles. Paris también sustituyó a Argüelles, que se puso enferma, en el paso a dos de Diana y Acteón, nada menos que con el argentino Julio Bocca como pareja, intérprete éste que fue lanzado intemacionalmente en el concurso de Moscú.

"No me dio tiempo a pensarlo", recuerda Paris, "fue tan rápido... Me llamó la atención que Bocca no paraba de hablar mientras bailábamos. Se quejaba, cuando había problemas con la orquesta, de que no diesen bien la entrada de un paso, por ejemplo".

Bajar peso

Para Carmen Paris, lo importante en Moscú va a ser "comparar el nivel que tienes con el que hay en otros países". La bailarina, que empezó a los 11 años porque, además de que le gustaba, "tenía que bajar un poco de peso", ha preparado, para las tres pruebas, el paso a dos de Diana y Acteón, otro de Cascanueces y una pieza moderna, Autoband. Por su parte, Muriel María, pese a su juventud, ya tiene experiencia en concursos: el año pasado quedó finalista en el de Lausanne y obtuvo un galardón. Para Moscú ha preparado el paso a dos de El Corsario, el Capricho español y parte del tercer acto de El lago de los cisnes. Cree que la experiencia allí puede ser maravillosa, pero no piensa en los premios, sino en actuar en el teatro del Bolshoi. "Bailar allí, para mí ya es ganar".