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CHINA HIERVE

'La Internacional' con 50.000 voces

Fue uno de los espectáculos más hermosos de los muchos que están ofreciendo los estudiantes chinos en su lucha por la democratización del país. Eran las cuatro y media de la madrugada del lunes y faltaban en teoría 'fatídicos minutos para que venciera el ultimátum de las autoridades de desalojar Tiananmen. Ultimátum, por otra parte, que, al parecer, nunca existió. Por la improvisada megafonía que los universitarios han instalado en la plaza, un joven comenzó a hablar: "Debemos sentirnos orgullosos. No van a entrar [las tropas]. No abandonaremos Tiananmen hasta que nuestra victoria sea completa". Instantes después salían al aire los primeros compases de La Internacional todos los concentrados en la explanada en ese momento, unos 50.000, comenzaban al unísono a cantar las estrofas en chino.Un grupo reducido de chico y chicas se congregaba junto al Monumento a los Héroes para entonar juntos, brazo levantado pero no puño cerrado, la marcha socialista que los estudiantes han querido sacar del olvido durante estas increibles cinco semanas de pacíficas manifestaciones en favor de la democracia.

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"La moral sigue siendo alta", confesaba uno de los muchachos apiñados en la explanada. Y sin embargo, la impresión que uno sacaba era precisamente lo contrario. El aspecto fisico de los concentrados era desolador. Rotos por el esfuerzo y sin saber muy bien que hacer después de que los soldados no entraron finalmente a la plaza. La suciedad invadía por completo la zona. Restos de comida, botellas rotas cubos con agua mugrienta. En cuclillas o tumbados, las huestes estudiantiles no podían mantener la vigilia. Su cabeza se desplomaba vencida por el sueño.

Suciedad y riesgo de epidemia

Cuando despertaron ayer trataron, como buenamente pudieron de limpiar el área de Tiananmen. Las autoridades han avisado que las condiciones de salubridad son pésimas y que hay un gran riesgo de epidemia.Durante la larga y tensa espera circularon numerosos rumores. A mitad de la noche un joven aseguraba por los altavoces que tanto Deng Xiaoping como Li Peng habían decidido dimitir y que éste último lo iba a anunciar a toda la nación con un discurso en las siguientes horas.

El mismo ultimátum presuntamente dado por Li Peng a uno de los líderes estudiantiles de que tenían que desalojar la plaza antes de la cinco de la madrugada no ha podido confirmarse si llegó a ser cierto El Gobierno lo desmintió, pero entre la población caló hondo. Once estudiantes de la Universidad de Ciencia y Tecnología habían acudido por la tarde a los domicilios de los dos únicos mariscales que todavía quedan en vida en China, Nie Rongzhen y Xu Xiangqian, para solicitarle que intercedieran ante el primer ministro.

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Los dos veteranos militares contestaron a los estudiantes que tales rumores eran absurdos y que los soldados han sido traídos a Pekín para salvaguardar la paz social y no para atacar a los estudiantes.

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