Las enseñanzas de la Revolución
El primer ministro francés, Michel Rocard, cerró la segunda sesión del coloquio, dedicada al debate sobre la presencia de la violencia en los procesos revolucionarios. Rocard recordó a "los que sufrieron tanto en nombre de los grandes principios", y afirmó que "la violencia está en el corazón mismo de la Revolución Francesa", de la que señaló sus contradicciones, encarnadas por Robespierre, pero proclamó que la enseñanza principal del movimiento revolucionario es "la incompatibilidad entre la rapidez de las transformaciones y su duración". Rocard ligó el universalismo de la Revolución Francesa a la construcción de Europa, que debe ser "la primera potencia al servicio de la humanidad".Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA, sociedad editora de EL PAIS, afirmó que a veces se confunde revolución con cambio político. Dijo que puede haber revoluciones sin terror, como la nicaragúense, y criticó el eurocentrismo, "que deja fuera del debate las revoluciones que no comprendemos". Citó la de Irán, como revolución no europea, y señaló que la condena a muerte del escritor Salman Rushdie por Jomeini es un "acto revolucionario" lanzado hacia Occidente, "nos guste o no". Más adelante recordó que la paz europea está basada en la violencia y en la división de Alemania, y pronosticó un improbable triunfo de la perestroika si se modifica el sistema de seguridad de la URSS y se permite, por ejemplo, que un país como Polonia abandone el Pacto de Varsovia.
El candidato a eurodiputado español y presidente de Euskadiko Ezkerra Juan María Bandrés retomó ayer el tema de la violencia, que explicó o justificó en una situación no democrática, aunque advirtió que después la violencia adquiere autonomía propia y degenera. Por esa razón se declaró "pacifista activo" contrario a toda violencia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.