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El Gobierno español sigue dispuesto a acoger a Noriega

"España está dispuesta a ayudar lo que pueda para disminuir la tensión en Panamá. En esta actitud se incluye la posibilidad de acoger al general Noriega", dijo a EL PAÍS un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores español al comentar la reunión de ayer de la troika comunitaria y una delegación de EE UU, presidida por la secretaria de Estado adjunta para Asuntos Europeos, Rozanne Ridgway.

En la reunión se analizó la situación en Centroamérica y, particularmente, en Panamá. Las mismas fuentes afirmaron que EE UU sabe positivamente que hay países dispuestos a aceptar al general Noriega y que el Departamento de Estado "sigue estando informado sobre el tema". Sin embargo, los contactos los está mamteniendo indirectamente. España actúa supuestamente de canal de comunicación entre la Administración de Bush y el régimen del general Noriega.Tanto la troika como la delegación estadounidense coincidieron en estar "gravemente preocupados" por la situación panameña. En este sentido, la Administración Bush se ha mostrado conforme con la declaración comunitaria emitida días atrás. En relación con Latinoamérica, EE UU reiteró su renuncia al uso de la fuerza militar, incluso en Panamá, por considerar que el proceso de paz en Centroamérica, y en el resto del continente, se basa sobre todo en propiciar soluciones diplomáticas.

Un portavoz indicó que "las dos partes coinciden en que hay que vincular el desarrollo económico con el proceso democrá tico, ya que ambas cosas van íntimamente unidas".

La reunión troika-EE UU fue calificada de "institucional en el marco de la cooperación política europea". El encuentro abordó también la situación en Orient Próximo y el desarme en Europa

Entre tanto, en Panamá, todas las armas de la oposición es tán ya listas para el próximo com bate contra el régimen del general Manuel Antonio Noriega. Los cristales protegidos con maderas, las despensas llenas, las cacerolas afinadas y los pañuelo blancos.

Desenlace rápido

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Fuentes oficialistas dicen que Noriega afronta el paro general de hoy con un poder reconstruido, dispuesto a negociar, pero no a abandonar precipitadamente la jefatura de las Fuerzas de Defensa. Hoy es un día clave en el que se juega, tal vez, que la solución de la crisis panameña tenga o no un desenlace rápido.

La oposición cuenta con que una gran demostración de fuerza por su parte en el interior del país, combinada con la presión desde el exterior por la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que también se inicia hoy, sirva para crear las condiciones que obliguen a Noriega a abandonar el poder.

La oposición cuenta también de antemano con el respaldo a la huelga de los principales comercios e industrias. Su preocupación es cómo conseguir la adhesión de los pequeños establecimientos de judíos y chinos que inundan el centro de la capital, y del transporte público, controlado por el Gobierno.

Con el fin de dificultar la represión policial -el recuerdo de las brutales escenas del miércoles pasado está todavía fresco- no ha sido convocada una gran manifestación, sino que se ha pedido a la población que al mediodía "salga a las calles" para poner en acción cualquier forma de protesta "de acuerdo a su imaginación".

El paro tendrá una duración de 24 horas, de acuerdo a los planes iniciales de la oposición, que considera que los comerciantes e industriales locales ya están muy desgastados, después de dos años de crisis, como para hacer frente a un largo cierre.

Dirigentes opositores reconocen en privado que, después de este paro, van a poder hacer poco más para derrocar al régimen. Su protesta de hoy está destinada a influir en los ánimos de los miembros de la OEA, que estudiarán acciones contra la anulación de las elecciones del pasado domingo, ganadas por los candidatos opositores.

El ambiente previo a esa reunión es abiertamente hostil para Panamá. Los principales Gobiernos de la región se han pronunciado contra el régimen de Noriega, incluido el de México, que acusó al general de estar "moral y éticamente" desprestigiado para guiar los destinos de su país. Fuentes diplomáticas no esperan, sin embargo, que las decisiones de la OEA puedan ir más allá de una simple, aunque contundente, condena.

Mientras tanto, el general Noriega, un mago en el arte de manejar el tiempo a su favor, espera. Fuentes próximas al jefe militar panameño aseguran que, después de haber pasado unos días de "descanso y concentración", despacha ya diariamente en su oficina de la antigua zona del canal. Su poder, aunque mermado por el fracaso electoral, parece todavía indiscutible e indiscutido dentro de las fuerzas armadas.

Toma de decisión

Fuentes del oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD) afirman que, si consigue pasar sin grave daño esta semana, Manuel Antonio Noriega dispondrá hasta el 1 de septiembre -fecha en la que debe asumir un nuevo presidente- para tomar una decisión.

En ese plazo, según las mismas fuentes, el general está dispuesto a negociar con la oposición, incluso la entrega de la presidencia a Guillermo Endara, siempre que no se haga obligatoria la destitución de Noriega y que se respete un papel importante para las fuerzas armadas dentro del sistema político panameño.

[Estados Unidos, mientras tanto, aceleró ayer la reubicación en sus instalaciones militares en Panamá de todas las familias de funcionarios del Gobierno y militares, a quienes ofrece también viajes de regreso a su país, anunció ayer el Departamento de Defensa, según la agencia Efe. "No se trata de una evacuación, sino de una reducción. Es un seguimiento acelerado de política que entró en efecto el año pasado", precisó el portavoz Dan Howard. "Nuestro propósito es que, para el primero de julio, todos los parientes de los militares asignados al comando militar vivan en las instalaciones, o bien hayan regresado a Estados Unidos", agregó el portavoz.]

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