_
_
_
_
_

La calidad de los alimentos centra en Salamanca el debate de los responsables agrícolas de los 'doce'

ENVIADO ESPECIALEl Consejo de Ministros de Agricultura de la Comunidad Europea (CE) inició ayer en Salamanca la reunión informal convocada por la presidencia española con una visita a diversas explotaciones agropecuarias de la provincia. Los debates sobre la calidad de los alimentos como una de las salidas para resolver la crisis del mundo rural europeo se iniciaron en la cena de trabajo y hoy tendrá continuación en la reunión negociadora que se celebrará en el Paraninfo de la universidad de Salamanca. El contrapunto a este encuentro programado para adornar el semestre de gestión española al frente de la Comunidad lo constituye la manifestación convocada por diversas organizaciones agrarias.

En la gira por la provincia, los ministros de los países de la CE y los altos funcionarios de la Comisión Europea ayer pudieron observar de cerca los magros pastos, los encinares y el alcornocal que constituyen la dehesa salmantina. A pesar de la belleza de los toros bravos, el mensaje es claro: para conservar este ecosistema y aliviar la pobreza que reflejan las campesinas de pañolón negro y rostro estragado hacen falta las ayudas comunitarias.

Alimentos 'prohibidos'

Tanto en el aperitivo que se les ofreció en el parador nacional, como en La Alberca o en la comida que ayer se les sirvió en la finca Castro Henríquez, una granja experimental de la Diputación salmantina para la cría de cerdo ibérico y de vacas moruchas, los ministros pudieron degustar jamón, lomo y chorizo de Guijuelo, precisamente el que ellos han decidido que no se puede exportar a Europa a causa de la peste porcina africana.

Este consejo informal, aparte de servir de ilustrador de las carencias de la agricultura extensiva española, tiene como objetivo debatir un aspecto del futuro del mundo rural europeo ante la necesidad de una reconversión dura para eliminar excedentes.

La presidencia española ha elegido como tema la calidad de los alimentos, en un intento de generalizar en Europa las denominaciones de origen, las técnicas tradicionales de elaboración y la agricultura biológica o natural, que desecha el uso de plaguicidas y abonos artificiales en los cultivos.

De esta reunión no saldrán acuerdos, sino, acaso, sólo consensos. La presidencia española ha evitado, sin embargo, un debate más profundo sobre el documento comunitario que diseña las alternativas para el campo europeo, un texto que está imbuido de una filosofía muy proclive a la agricultura continental del Norte y poco inclinada a las producciones de los países mediterráneos. España, salvo en sectores como el hortofrutícula, tiene una rentabilidad agraria muy inferior a la media de la Comunidad Europea y busca en los cultivos tradicionales una salida comercial competitiva.

El contraste a esta cita con visos turísticos es la manifestación convocada para hoy por varios sindicatos agrarios. El motivo de la protesta es poner de manifiesto el descontento del campo español con una reconversión que no deja claras sus alternativas de futuro. Los agricultores denuncian que la subida de sus rentas es muy inferior al incremento del margen en los intermediarios que paga el consumidor.

Carlos Romero no ha podido abortar esta prueba de fuerza que desdora el encuentro, ni tampoco ocultar su crispación. "En esta convocatoria", dijo, "confluyen muchos intereses diferentes. Hace unos días estuve en mi pueblo [Fuentesaúco, Zamora] y allí me aseguraron que creían que la concentración era para apoyar al ministro". Todo lo contrario.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_