El Congreso boliviano se perfila como árbitro de las presidenciales

"Esperemos que esta vez se respete la democracia porque necesitamos estabilidad", dijo una mujer aymara mientras esperaba ejercer su voto en un barrio obrero de La Paz, con su bebé colgado en la espalda a la manera típica indígena. Su deseo fue compartido por la mayoría de los bolivianos que acudieron desde muy temprano a las mesas de votación, que debían abrirse a las ocho de la mañana y permanecer habilitadas durante ocho horas. Los principales problemas fueron el retraso en la apertura de algunas mesas, especialmente en las áreas rurales, donde debían votar cerca del 50% de los inscritos.Las radioemisoras emitían constantes instrucciones sobre cómo votar y en muchas mesas se producían denuncias y pequeños enfrentamientos verbales. Las calles de La Paz y de las principalmente ciudades, habitualmente abigarradas de vehículos, caminantes y miles de vendedores ambulantes estaban ayer semivacías y sólo se veían aglomeraciones en los lugares de votación, custodiados por efectivos de la policía.

Los electores debían marcar su preferencia en una papeleta en la que estaban representados los símbolos, nombres y colores de las 10 formaciones políticas que postulan a las elecciones. Una de ellas, sin embargo, no tiene candidato presidencial y sólo acude a las elecciones de 157 parlamentarios -130 diputados y 27 senadores-, que se eligen conjuntamente. Este cuerpo legislativo tendrá la responsabilidad de designar al presidente en caso de que, como se prevé, ninguno de los candidatos obtenga el 50% de los votos populares.

Los tres candidatos con mayores ponsabilidades son el ex dictador Hugo Bánzer, el oficialista Gonzalo Sánchez de Lozada y el socialdemócrata Jaime Paz. En declaraciones a EL PAÍS, tanto Paz como Sánchez de Lozada expresaron su convicción de que, gane quien gane, las elecciones de ayer marcarán un hito en la consolidación de la democracia boliviana. "Este es el gran sentido del acto de hoy", dijo Paz, momentos después de votar en un barrio popular de La Paz. "Esperamos", añadió, "que esta votación sirva para que la democracia boliviana sea por fin gobernada por quienes la conquistaron: el pueblo". El candidato oficialista, por su parte, dijo que "Bolivia es una isla de estabilidad en el continente y esperamos que esta situación se mantenga", mientras que Banzer aseguró que no repetirá los errores de su anterior régimen, en el que miles de opositores fueron detenidos, torturados y enviados al exilio.

Bolivia, la antigua golpilandia latinoamericana, ha tenido un promedio de duración de Gobierno de dos años y dos meses. El actual jefe de Gobierno, Víctor Paz Estenssoro, de 82, es el presidente que mayor tiempo ha permanecido en el poder en este siglo, poco más de 12 años en cuatro períodos.