Los países pobres no consiguen el fondo de ayudas para luchar contra la contaminación atmosférica
La conferencia internacional sobre la protección del ozono clausuró ayer sus celebraciones en Helsinki con el acuerdo unánime de suprimir totalmente el uso y consumo de los clorofluorocarbonos para el año 2000 o antes si es posible. En la declaración final se aprobó también "facilitar el acceso de los países en vías de desarrollo a la información científica y a buscar mecanismos de financiación adecuados para facilitar la transferencia de tecnología y el reemplazo de equipos a un coste mínimo para dichos países".
Ministros y altos funcionarios de 81 países suscribieron la declaración, que el director ejecutivo del PNUMA, Mostafá Tolba, calificó de "un acuerdo extremadamente importante. Hemos recorrido un largo camino en muy corto tiempo", señaló Tolba.Lo que ha dado en llamarse el espíritu de Helsinki se plasmara, durante la próxima reunión de los países firmantes del protocolo de Montreal, en acuerdos legalmente vinculantes. En términos similares se manifestó, al final de la reunión, el ministro del Medio Ambiente de Finlandia, P. Barlund, quien anunció la decisión de su país de contribuir con dos millones de dólares para ser aplicados vía Naciones Unidas al desarrollo de tecnologías protectoras de la capa de ozono.
El problema más controvertido de la conferencia, que exigió un esfuerzo final de los delegados para alcanzar un consenso, fue el de la forma en que se concretará el apoyo a los países en vías de desarrollo para que éstos puedan cumplir con los acuerdos específicos del protocolo sin afectar su ya deprimida situación.
Oposición del Reino Unido
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