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LA MUJER EN EUROPA

Dos pasos adelante y uno atrás

Desde las trincheras del feminismo combativo hasta el reto de la Europa unida

"Es más fácil hablar que aportar soluciones: la igualdad cuesta dinero", recuerda Hedy d'Ancona, socialista holandesa que preside la comisión de derechos de la mujer del Parlamento Europeo. Un planteamiento no lejano del de la francesa Evelyne Sullerot, que, a los 23 años de la publicación de Demain les femmes -en castellano, Mujer, sexo y sociedad industrial-, es la coordinadora de la Red Europea de Diversificación de Opciones Profesionales (REDOP). Ellas asistieron la semana pasada en Toledo, con cerca de 300 mujeres y algunos varones, al seminario sobre el II Programa Europeo de Igualdad de Oportunidades.

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La postura de estas dos mujeres ilustra el tránsito, desde las trincheras del feminismo ideológico a las del posibilismo, de una generación que se dejó las uñas en las batallas por los principios en los años sesenta y setenta. A Sullerot, hace dos décadas escritora y socióloga, con seis hijos y ya abuela múltiple, le sobran, como coordinadora de la REDOP, problemas que concretar. En Toledo dio la alarma sobre la gran segregación que afecta a las mujeres en la formación profesional: "Están reducidas a unas cuantas áreas, y son las menos valoradas". Quiere que la Comisión Europea encare el problema, y quiere una campaña general de sensibilización.Sullerot reclama programas específicos para reforzar la enseñanza de las matemáticas y las ciencias a las niñas. Su compañero en el seminario, el holandés Frank Boddendijk, del comité consultivo para la Igualdad de Oportunidades, fue más allá al proponer incentivos para las escuelas que hagan una política de acercamiento de las niñas a las ciencias. Boddendijk abogó por la enseñanza obligatoria de las tareas domésticas -"domología"- y lanzó el guante a la Comisión al pedirle que garantice cuotas mínimas de participación femenina en sus programas edu cativos y de intercambio de estu diantes Erasmus y Comett.

También para la socialista Hedy d'Ancona, se trata ahora de buscar atajos, de aprovechar todos los recursos, los resquicios legales. Esta combativa pelirroja con 51 años, dos hijos y un largo currículo de responsabilidades sociales, que fundó y dirigió du rante ocho años una revista feminista, que señala con el dedo al Consejo de Ministros de la CE por bloquear la aprobación de las directivas a favor de la igualdad de los sexos, no se altera ante las dificultades. "El tercer programa [actualmente en elaboración] es mejor que las directivas: no hace falta unanimidad para aprobarlo", señala.

Trabajo clandestino

El segundo programa ha presta do atención a las mujeres que se han visto afectadas por la crisis el paro, y los cambios tecnológicos y sociales. El tercer progra ma se enfrenta a los grandes cambios del gran mercado europeo de 1993 y que va a afectar profundamente al trabajo de las mujeres.¿Por qué apoya D'Ancona que las mujeres presenten demandas ante el Tribunal de Luxemburgo?: "Solemos ganar siempre y eso nos da mucha publicidad". El asociacionismo femenino también es muy conveniente, porque "así se hacen los grupos de presión". Ella es razonablemente pesimista ante las repercusiones del mercado único, a partir de 1993, en el empleo de las mujeres, pesimismo compartido por otras ponentes. Sin embargo, cree que las mujeres "no deben dejar nunca el trabajo".

"Es verdad que hay un auge del trabajo clandestino en la CE, de los talleres y contratos ilegales, y ahí están sobrerrepresentadas las mujeres emigrantes". A partir de 1993 esos sectores "lo van a pasar peor todavía". ¿Soluciones? "Forzar los trabajos flexibles, el trabajo en casa, la inclusión en la contratación colectiva nacional, la individualización del derecho a las prestaciones de la Seguridad Social".

La griega Caroline Turner defendió las Iniciativas Locales de Empleo (LEI), un medio de integración laboral y social para muchas trabajadoras a domicilio aisladas, que fomenta el interés por las cooperativas, el trabajo asociado y el trabajo por cuenta propia. La italiana Fausta Deshormes, responsable del Servicio de Información de Mujeres de la Comisión Europea, observa la escasez de mujeres entre los expertos en las reuniones de trabajo. "Me propongo hacer un fichero europeo de expertas que esté a dilposición de todas las instituciones", dice. Filosofías todas que caben en la frase de D'Ancona: "No podemos llegar a nada sin el talento y la capacidad de 180 millones de mujeres".

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