Rodríguez promete un futuro democrático en Paraguay
El general Andrés Rodríguez, de 65 años, presidente provisional de Paraguay y seguro favorito en la elección presidencial de hoy, prometió en el mitin de cierre de campaña del Partido Colorado que nunca más volverá a ser candidato, aseguró la continuidad de la democracia tras los comicios y anunció que se ratificará la convención interamericana sobre derechos humanos. El principal candidato de oposición, Domingo Laíno, de 53 años, del Partido Radical Liberal Auténtico (PALR), denunció en su mitin final que los colorados "están queriendo reemplazar el garrote de Stroessner por el engaño electoral, para instalar un neostroessnismo, tal vez un poco más sonriente, tal vez un poco más suave, pero con los mismos vicios de siempre".
Estos vicios son, según Laíno, "fraude electoral, manipulación de la televisión, monopolio de los recursos del Estado y el nefasto y bastardo maridaje entre Gobierno, partido y fuerzas armadas, que ellos mismos inventaron y que nunca han prometido que se vaya a terminar".La lluvia incesante deslució el sábado los mítines de fin de campaña en Asunción. Apenas unas 10.000 personas se congregaron en cada una de las reuniones de los dos candidatos más fuertes. El candidato liberal, Laíno, convocó en una plaza de la capital y pronunció un largo discurso, que sus seguidores escucharon bajo la lluvia. Las últimas encuestas conceden a Laíno un máximo de un 20%. Esto no desanimó a sus seguidores, que cantaban bajo la lluvia "se siente, se siente, Laíno presidente" y "qué lindo, lindo, que lindo es. Laíno al palacio Rodríguez al cuartel".
Laíno habló en camisa y con corbata. El tono de su discurso estuvo marcado por las referencias al pasado reciente de Paraguay.
Según el candidato opositor, "esta elección no es una elección entre Rodríguez y Laíno, entre Laíno y Rodríguez. Lo que está en juego en este momento histórico de nuestra patria no es votar por colorados o liberales. Lo que se decide aquí es nada menos que continuar el sistema stroessnista con unos pocos nombres nuevos y unos métodos un poco más suaves, o bien consolidar definitivamente la democracia y los derechos humanos en Paraguay".
"Manos limpias"
El lema central de la propaganda electoral de Laíno fue "manos limpias". Sobre la campaña resumió Laíno que "deliberadamente el Gobierno no ha concedido el plazo suficiente. Sin embargo, hemos recorrido palmo a palmo el país. Nuestra voz fue la voz de la esperanza y de la honestidad. Nuestras propuestas democráticas están avaladas por más de 30 años de lucha frontal contra la dictadura. Nadie sufrió más; persecución, difamación, torturas, prisiones y destierros que nosotros".Los colorados celebraron su mitin en el estadio de Defensores del Chaco en Asunción. Las diferencias con el mitin final del dictador Alfredo Stroessner, en febrero de 1988, eran notables. Sólo acudieron unas 10.000 personas, que en esta ocasión no daban la impresión de haber sido acarreadas y que aguantaron la lluvia sin gran entusiasmo. No intervinieron los curiosos hurreros que en el pasado interrumpían los discursos de Stroessner y después de gritar "permiso señor presidente" lanzaban soflamas laudatorias para el dictador. Parece como si el viento de la historia hubiese arrebatado a estos personajes junto con el tiranosaurio.
Rodríguez leyó su discurso con tono subido y sus características vacilaciones. Aseguró Rodríguez que "esta vez es la última vez que hablo como candidato, porque para mí, como lo he asumido públicamente, no se repetirá una ocasión igual".
La acción militar de febrero
En respuesta a un periodista sobre si en 1993 no se volvería a presentar si el pueblo lo pidiera, Rodríguez replicó que "bajo ninguna circunstancia. Yo entregaré el poder a la persona designada o electa por el pueblo". Ayer, durante la recepción a los observadores internacionales que vigilarán la elección, Rodríguez dijo a uno de ellos que ha empeñado su palabra de soldado en la democratización de Paraguay y que la cumplirá.También dijo Rodríguez en su mitin que "de no haberse producido la acción militar de los días 2 y 3 de febrero último, el país estaría todavía hundido en el desánimo total, en una situación exasperante, sin esperanza inmediata de salir de la opresión". Añadió el general que "si el 3 de febrero buscaba un simple cambio de hombres y no de estructuras, no hubiéramos protagonizado una auténtica revolución sino un oscuro episodio de audaz indisciplina".
Aludió Rodríguez a las dudas sobre lo que ocurrirá en Paraguay después de la elección de hoy y dijo que "el escepticismo, la duda, los rumores y hasta la negación han empezado a minar la fe y la esperanza de algunos compatriotas. Yo les digo que si el Partido Colorado gana las elecciones no será diferente del 3 de febrero el día 2 de mayo, ni el 15 de mayo de 1989, ni el 15 de agosto de 1993, cuando entregue el mando a mi sucesor, elegido libremente por el pueblo en las urnas".
La 'cadena de la esperanza'
En la mañana del sábado se había formado en Asunción la llamada cadena de la esperanza. Fue un emotivo acto promovido por la Iglesia católica.Al mediodía miles de manos se cerraron, y se unieron las de los candidatos de todos los partidos.
Rodríguez y su familia estaban casi al lado de Laíno con la suya. El arzobispo de Asunción y presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay, Ismael Rolón, gritó desde la explanada de la capital y se refirió a esta singular cadena que "al solo nombre de cadena instintivamente se rebela nuestro espíritu y protestamos: ¡No más cadenas! ¡No más prepotencia e impunidad! ¡No más torturas y miedo! ¡No más desaparecidos!".
Repicaron las campanas de todas las iglesias de Asunción, y en los ojos de muchos que alzaban las manos unidas brillaban las lágrimas.
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