Abucheos a Múgica en la inauguración del primer congreso de abogados en la etapa democrática

JOSÉ YOLDI, El ministro de Justicia, Enrique Múgica, fue interrumpido y abucheado ayer en tres ocasiones por un importante grupo de abogados durante su intervención en el acto inaugurá del V Congreso de la Abogacía Española, que se celebra en Palma de Mallorca. Múgica se dirigió a sus compañeros de profesión con un discurso muy político en el que relataba los problemas de la justicia y destacaba los logros de la Administración socialista en este terreno. Muchos de los asistentes consideraron que la intervención del ministro era muy similar a una arenga electoral, en lugar de lo que estimaban que debía ser un acto protocolario.

Múgica, desde la tribuna de oradores y con su imagen proyectada en pantalla gigante, dijo que el progreso en el servicio público de la justicia ha sido posible gracias a la sensibilidad de los Gobiernos socialistas y al esfuerzo financiero, que ha duplicado en 1988 las dotaciones que se disponían en 1982 para esta actividad. En ese momento se produjo un abucheo masivo, entre los congresistas. El ministro interrumpió el discurso y pidió corrección, la misma que él afirmó que tenía para los que le escuchaban.El ministro se dirigió al presidente del congreso, Antonio Pedrol, para que llamara al orden. Pedrol afirmó que los abogados eran los anfitriones en ese momento y que tenían un deber de respeto y consideración hacia el orador. La mayoría de los abogados ovacionó al presidente. Múgica agradeció las palabras de Pedrol, puntualizando: "Deduzco de sus palabras el interés de los decanos y de la mayoría de los letrados para que esta reunión trabaje con la dedicación y el rigor intelectual de un congreso, y no con las referencias retóricas de una asamblea

En su intervención, el ministro anunció, entre otras medidas, la reforma de las normas procesales, para lo que se ha creado una sección especial en la Comisión General de Codificación.

Después de que el ministro abandonó el auditorio, Pedrol se dirigió a los asistentes y dijo:"Queridos compañeros, ya estamos solos". Esta única frase dio lugar a una ovación generalizada.