Detenidas 57 personas en Moscú en una protesta contra la represión en Georgia
Cincuenta y siete personas fueron detenidas ayer en un mitin convocado en Moscú por el grupo Unión Democrática, en protesta por los sangrientos sucesos de Tiflis (Georgia), que causaron 20 muertos, según el canal moscovita de la televisión soviética; la agencia Tass cifró en 47 los detenidos. El mitin puso de manifiesto la animosidad popular hacia las fuerzas policiales tras su intervención con palas, gases tóxicos y tanques en Georgia.El mitin, desaconsejado por sectores reformistas temerosos de sus eventuales consecuencias, llegó a reunir a algo más de 1.000 personas en los alrededores de la plaza de Pushkin, cercada por un amplio contingente de tropas especiales del Ministerio del Interior. Los agentes llevaban boinas (y no cascos), no portaban escudos ni porras y vestían el chaleco antibalas por debajo de la cazadora de uniforme. Su intervención consistió en atajar los intentos de consolidación del mitin con acciones selectivas contra los manifestantes que enarbolaron, por tres veces, sendas banderas rusas (rojo, azul y blanco) anteriores a la revolución, o contra quienes trataron de dirigirse a la multitud.
Los detenidos eran llevados a la fuerza, en volandas o a rastras, al interior de furgones policiales. Los reunidos, muchos de ellos curiosos y transeúntes, actuaron de forma espontánea durante más de una hora, insultando a los agentes con gritos de "fascistas", "traed los tanques aquí", "coged las palas" y "vergüenza", en alusión a la actuación de la policía en Tiflis.
El mitin de la Unión Democrática había sido prohibido desde los medios de comunicación moscovita. El vespertino Vechernaia Moskva había colocado, una al lado de la otra, la información sobre la desactivación de dos bombas el 20 de abril y la advertencia a los moscovitas para que no cayeran en la "provocación" de asistir a un mitin cuyo fin era "la tensión y el desorden". Moskovskaia Pravda, por su parte, insertaba la advertencia contra el mitin junto al comentario sobre la desactivación de las bombas el viernes pasado en Moscú. En este comentario, el periódico recordaba el atentado ocurrido en el metro de Moscú, en Qouu, atribuido a nacionalistas armenios, y se preguntaba si el "nuevo intento" no es "una consecuencia criminal de los llamamientos extremistas de líderes aislados desprovistos de razón y de la humanidad elemental".
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