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Borrell anuncia que la política monetaria llevará este año el peso de la lucha contra la inflación

Las medidas monetarias llevarán este año el peso de la lucha contra la inflación, ya que la política fiscal no puede entrar en juego debido al vacío legislativo provocado tras la sentencia del Constitucional sobre la tributación de la familia, según el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell. Esta sentencia favorece a los que perciben rentas del capital, mientras que a las rentas del trabajo no beneficia de manera significativa. Las devoluciones del IRPF se retrasarán al primer trimestre del año próximo.

Borrell contestó ayer en el Congreso a las preguntas de varios grupos de la oposición relativas a la lucha contra la inflación, a la situación de vacío legal creada tras la sentencia del Constitucional y a las actuaciones que se siguen respecto a la bolsa de fraude detectada en pólizas de seguro con prima única.Respecto a la inflación, Borrell afirmó que este año se utilizará la política monetaria con mayor énfasis para intentar controlar las subidas de precios. Justificó esta opción por el hecho de que no existe una normativa fiscal estable. El intento de rebajar las retenciones en un 4% es anterior a la sentencia del Constitucional y, por ello, una vez conocida ésta, se decidió retirar la propuesta. Sin embargo, Borrell no descartó que, una vez que exista la nue va norma, se pueda volver a plantear la rebaja.

Borrell añadió que las medidas monetarias pueden completarse con otras para contener la demanda pública, "si la espiral inflacionista no se modifica". Esta reducción no debe efectuarse en los gastos corrientes ya que son los que mantienen los servicios públicos, sino en las inversiones públicas que permiten un mayor margen de maniobra.

El anuncio de la posibilidad de nuevas medidas monetarias provocó ayer en los mercados financieros un nerviosismo que hizo subir los tipos de interés y bajar las cotizaciones de la deuda pública.

Frente a las acusaciones de .caos fiscal", el secretario de Estado de Hacienda precisó que existe "una constelación de circunstancias complejas". "Estamos en la niebla pero la tripulación está tranquila porque confía en la habilidad del capitán", añadió. Para justificar la situación de vacío creada tras la sentencia, el secretario de Estado aludió a que a finales del pasado año se presentaron unos Presupuestos para 1989 bajo el signo de la estabilidad de la normativa fiscal y que el alcance de la sentencia ha ido más allá de lo que cabía prever.

No habrá amnistía

Aunque Borrell no quiso hacer una crítica de la sentencia del Constitucional dijo que "no pensábamos que se iba a incluir también la separacion de las rentas del capital". Añadió que la sentencia a quien beneficia es a los perceptores de este tipo de rentas, ya que las del trabajo hasta ingresos de cuatro millones de pesetas, tenían ya un tratamiento equiparable a la tributación separada mediante la fórmula polinómica "que en realidad es bilineal".

De los ocho millones de unidades familiares que declaran el IRPF, 1.200.000 obtienen dos rentas y de ellos, 900.000 provienen del trabajo y el resto a las del capital, que pagarán "constitucionalmente" menos impuestos con la tributación separada. Si tras la sentencia hubiera que devolver impuestos entre los años 1983 y 1987, el coste fiscal sería de unos 400.000 millones de pesetas.

El nuevo IRPF estará listo en el mes de junio y afectará a las declaraciones de 1988 y 1989. Ello provocará un retraso no sólo en el pago de impuestos. Además, los dos de cada tres contribuyentes que tienen derecho a devolución verán retrasadas éstas hasta el primer trimestre del año 1989.

El decreto ley que se presente afectará, pues, sólo a estos dos años debido a las limitaciones que ha impuesto la sentencia del Constitucional. Una de ellas, es la imposibilidad de aplicar una norma con carácter retroactivo que suponga pagar más impuestos que los que se ingresarían si la se aplicara la normativa anterior.

Respecto a una posible amnistía fiscal, Borrell dijo que "ni ahora ni nunca". Añadió que hay un importante número de declaraciones complementarias en los despachos de los asesores fiscales que no se presentan en base a la expectativa de un perdón generalizado. Borrell dijo que "los contribuyentes que estén esperando a la amnistía fiscal están incurriendo no sólo en un error, también en un riesgo". Por el momento, se han paralizado las declaraciones paralelas.

No hay que confundir, según Borrell, la posibilidad de presentar declaraciones complementarias -regularizar la situación ante Hacienda sin sanciones aunque con el pago de intereses de demora- con la esperanza de una amnistía fiscal. "No esperen a que llegue esa amnistía porque no va a llegar nunca, ni esperen a que llegue la inspección", añadió.

En cuanto a la lucha contra el fraude en primas únicas, Borrell realizó una firme autocrítica: "Lo único que lamento es que mi aparato legislativo esté tardando tanto tiempo en tramitar los recursos presentados ante los tribunales que dependen de la Administración". Hasta el momento, se han realizado inspecciones en 1.500 casos frente a las 500.000 personas que, se según se estima, han suscrito una póliza de este tipo. Respecto a la responsabilidad de las entidades financieras en este asunto, Borrell afirmó que .cualquier país civilizado debería plantearse preguntas respecto a su comportamiento".

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