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Todos los caminos llevan a El Sardinero

Protesta vecinal por la construcción de una autovía que atraviesa Santander

El Ayuntamiento de Santander, con los votos en contra de los dos concejales nacionalistas y el rechazo de asociaciones vecinales y colectivos ecologistas, aprobó recientemente el trazado definitivo de la autovía Santander-Torrelavega en su tramo final, que parte del cercano pueblo de Bezana. La nueva vía de comunicación penetrará de Oeste a Este hasta El Sardinero a lo largo de la llamada vaguada de Las Llamas, amplio espacio verde situado entre el norte del casco urbano y el mar Cantábrico.

Las asociaciones consideran el proyecto atentatorio contra la reivindicación ciudadana de crear un gran parque urbano en la zona que compensara, dicen, de "las negativas condiciones de vida de la población, víctima de la nefasta planificación urbanística realizada hasta el presente".En un comunicado hecho público hace algunas semanas mostraron su opinión de que Santander no precisa más vías longitudinales por el casco urbano, sino viales transversales que comuniquen distintos núcleos de la población y hagan más dinámica la circulación. De oeste a este de la ciudad tres vías se adentran ya hasta El Sardinero, a través del casco urbano. Al norte de ellas y en un sentido paralelo discurrirá, en un futuro próximo, la polémica nueva autovía.

La Federación de Amigos de la Tierra se pronunció al respecto puntualizando que el proyecto podría incumplir la Carta Municipal de Medio Ambiente, suscrita por el Ayuntamiento de Santander en el programa Mil municipios europeos. La federación, cuyo presidente, Humberto da Cruz, visitó últimamente Santander, estima que una obra de tales características debiera haber sido precedida de un estudio sobre el impacto ambiental. La federación defiende la conservación de Las Llamas como un gran espacio verde inmediato al casco urbano de Santander.

El Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo construirá el tramo final de la autovía que parte de Bezana hasta El Sardinero, en tanto que el Ayuntamiento, en el que el Partido Popular tiene la mayoría, deberá realizar las expropiaciones correspondientes y dejar libres los terrenos de medio millar de propietarios aunque, en muchos casos, se trata de pequeñas parcelas. Diez viviendas deberán asimismo, ser demolidas.

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