Kiko Veneno presenta su "música pasional"
El grupo sevillano publica su segundo disco, tras 12 años de silencio
La aparición en 1977 del primer disco de Veneno significó una convulsión para la música española de la época. Calificado de heterodoxo e irreverente, fue uno de los primeros intentos serios, por su espontaneidad, de aportar algo nuevo a la música andaluza. Hoy, 12 años después, Kiko Veneno y Raimundo Amador han vuelto a reunirse para grabar su segundo disco, titulado Veneno, el pueblo guapeao, dedicado al Granpo -el Cristo del Gran Poder- y al menor de los cuatro hijos de Raimundo, convaleciente de meningitis. "Lo nuestro es pasional", dice Kiko Veneno refiriéndose a su música.
Kiko Veneno y Raimundo Amador, uno de los dos componentes de Pata Negra, han vuelto a grabar un disco juntos después de 12 años de trabajar por separado. Ambos se autodefinen como "dos mentes enfebrecidas por la candela de la música, de la vida y del arte". "Para estar loco hay que estar muy centrado", dice Rairnundo Amador, que, con Kiko Veneno y su hermano Rafael, grabó Veneno en 1977. Raimundo, que tiene ahora 30 años, comenzó de sargento platillo a los 10. "Formábamos un grupo, Los Gitanillos, en el que tocaba la guitarra en la calle acompañado por mis hermanos y primos para luego pasar el platillo y sacarnos algunos duros".El nuevo disco, titulado Veneno, el pueblo guapeao, se lo han dedicado al Grappo -el Cristo del Gran Poder- y a Raimundito, el menor de los cuatro hijos de Arnador, que se encuentra en el Hospital Infantil de Sevilla convaleciente de meningitis. El hospital es ahora el cuartel general del grupo, y en él se desarrolló esta entrevista, aprovechando las horas que no son de visita.
José María López (o Kiko Veneno, como a él le gusta que le llamen) ha compuesto las letras de la mayoría de las canciones. "El rollo musical lo llevamos entre Raimundo y yo", dice Kiko. "Se trata de un sonido muy nuestro, una mezcla de barroco con la guitarra flamenca de Raimundo. Lo nuestro es música pasional, con mucho ritmo e influencias del pop".
Kiko Veneno, licenciado en Filosofía y Letras, tiene 36 años, está casado y tiene dos hijos; nació en Figueres (Gerona), pero vive en Sevilla desde que tenía coho años. "Mi madre es catalana, y mi padre, militar vagabundo. Me aficioné a la música por las canciones que me cantaba mi madre", comenta. Kiko, que trabaja desde hace dos años como coordinador de actividades culturales de la Diputación de Sevilla, ha escrito letras para Camarón de la Isla, Pata Negra, Martirio y Alaska "Lo que escribo ahora no estal loco como lo que hacía antes, pero tampoco son canciones completamente cuerdas. He dado más vueltas que El Cordobés a la plaza".
Por su parte, Raimundo Amador considera positivas las obras que se están llevando a cabo el Sevilla. "Si no es por la Expo, la ciudad se queda hecha una caca. Esto ha sido un respiro para todos".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.