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En posición, apunten, soplen

Policías municipales utilizan cerbatanas con dardos tranquilizantes contra animales salvajes

Jorge A. Rodríguez

Raro es que una serpiente de dos metros aparezca en la cocina. Más aún que un cerdo deambule por una alcantarilla. Extrañísimo que un puma (por suerte, amaestrado) ande suelto por un parque. Peligroso que perros asilvestrados campen por las cercanías de barrios populosos. Pues estas cosas pasan en Madrid. Para combatir estas eventualidades, los hombres de la sección canina de la Policía Municipal han aprendido de los indios del Amazonas a usar cerbatanas y dardos tranquilizantes para capturar a los animales que suponen algún peligro.

Los ritos de caza han cambiado poco en los últimos tiempos. Se persigue a la presa, se la acecha y se dispara. Eso mismo hicieron varios miembros de la sección canina de la Policía Municipal madrileña por toda la Casa de Campo para dar alcance y apresar a dos de los perros asilvestrados que allí vivían. Una cerbatana, de las seis que poseen, fue en aquella ocasión un instrumento eficacísimo.La tecnología sí que ha cambiado. "Hemos tenido que comprar una pistola y un rifle, que son más efectivos que los tubos. Sin embargo, tenemos que seguir usando las cerbatanas en muchas ocasiones", afirma uno de los oficiales de la sección policial. Cada mes los 20 hombres de la canina tienen que salir entre 10 y 14 veces a dar caza a animales, "sobre todo a perros".

Casos especiales

Anécdotas las tienen de todos los colores. Como la de aquella vez en la que durante el desalojo de una finca tuvieron que enfrentarse a cinco fieros canes, dos de ellos mastines, que atacaban a todo el que se acercaba al inmueble. O aquella otra en la que un doberman impidió la retirada del cadáver de su amo, que había muerto por causas naturales en el interior de su domicilio de la calle de Granada. O esa otra en el cerro de la Mica, donde primero tuvieron que dormir a un peligroso can y luego llevar a sus. animales adiestrados para que rastrearan un alijo de estupefacientes escondido en aquel lugar. Y es que la sección, creada en 1983, cuenta con 24 perros adiestrados en la detección de explosivos, drogas y personas, enterradas.Entre estos animales, entrenados concienzudamente en una pista especial en la Casa de Campo, junto a los recintos feriales de Ifema, hay dos ejemplares destacados por su, historial y especialización: Marx, el pastor alemán que descubrió los cuerpos de los 10 bomberos enterrados entre los rescoldos y escombros de Almacenes Arias, y Crom, un pastor belga entrenado para buscar drogas y que también es el can insignia del cuerpo.

Con estos animales salen prácticamente todos los días a buscar drogas en algún punto de la ciudad. "Todos los días vamos a algún colegio o instituto de Madrid y recorremos los alrededores del centro para ver si hay algún camello intentando vender droga a los chavales", afirma un sargento de esta sección policial. Y alguna vez han detenido a algún camello. Son los animales que suelen ganar los concursos de adiestramiento que cada año se celebran y en los que compiten perros al servicio de distintos cuerpos armados.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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