Cautela en la Casa Blanca y disgusto en el Congreso
La prevista victoria de la ultraderecha en El Salvador ha sido recibida con cautela por la Administración de Bush, que ve derrotado a su candidato, el democristiano Fidel Chávez Mena, y con abierto disgusto por el Congreso. El triunfo de Arena señala el fracaso del costoso esfuerzo (3.800 millones de dolares en 10 años) de Estados Unidos por establecer, a través de la derrotada democracia cristiana, un centro moderado, colchón de los extremismos. El regimen de Napoleón Duarte era presentado por Washington como el modelo de democracia regional.La victoria de Alfredo Cristiani, educado en Estados Unidos, va a enfrentar al presidente y al Congreso, dominado por los demócratas, que ya. advirtió la pasada semana al secretario de Estado James Baker que pondrá condiciones "muy estrictas" a la ayuda para El Salvador en caso de un triunfo del partido ultraderechista.
Un voto "libre y justo"
La Casa Blanca, advirtiendo que es aún pronto al no haber resultados oficiales para una reacción definitiva, insistió ayer en que EE UU, esté quien esté en el poder, continuará presionando para que el Gobierno salvadoreño "respete la democracia y mejore el respeto de los derechos humanos". "Estamos preocupados por la violación de los mismos", añadió el portavoz presidencial, Marlin Fitzwater, quien precisó sin embargo que la mayor parte de la violencia "viene de la guerrilla".
El Departamento de Estado y la Casa Blanca repitieron ayer el comentario de un congresista norteamericano, que ha formado parte de un grupo de observadores en la elección del domingo, para calificar los comicios de un "éxito" y de un voto "libre y justo", en el que "a pesar de la intimidación" votó casi un 60% del electorado.
"Representa un fuerte deseo del pueblo salvadoreño de participar en el proceso democrático", añadió el portavoz de la Casa Blanca, quien manifestó asimismo su preocupación por la violencia de la guerrilla y los abusos de los derechos humanos -sin identificar en ningún momento al Ejercito- durante el proceso electoral.
"Ahora tenemos que esperar a ver que tipo de acciones adopta el nuevo Gobierno. Estaremos vigilantes para ver cómo lo hacen", afirmó el portavoz de Bush. Por su parte, el Departamento de Estado dijo que "confiamos en que los nuevos gobernantes tengan el mismo compromiso con los derechos humanos que tenía Napoleón Duarte". Los portavoces de la Administración de Bush no quisieron decir que EE UU cortara la ayuda a El Salvador (más de 600 millones de dólares previstos este año) si Arena no controla las actividades de los escuadrones de la muerte.
El ex embajador norteameticano en El Salvador, Robert White, ha descrito a Arena como "un partido fascista diseñado como los nazis y ciertos grupos revolucionarios comunistas".
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