México llega a un principio de acuerdo con Estados Unidos para el pago de la deuda

El Gobierno mexicano considera alcanzado "un acuerdo de principio" con Estados Unidos sobre el pago de la deuda externa, según informó una alta fuente oficial. El plan presentado por el secretario del Tesoro norteamericano, Nicholas Brady, ha permitido una coincidencia plena con las autoridades mexicanas sobre el tratamiento que hay que dar al problema, según se considera en esta capital.

El plan Brady, indicó la fuente citada, "es consecuente con lo que veníamos pidiendo y exigiendo", supone la satisfación de las demandas expresadas por el presidente Carlos Salinas en su toma de posesión y ha favorecido "un acuerdo de principio" entre Estados Unidos y México. El secretario de Hacienda mexicano, Pedro Aspe, se entrevistó el lunes en Washington con Brady, con funcionarios de organismos internacionales y representantes de la banca privada."Ahora se trata de instrumentalizar este acuerdo", señaló la fuente. "Lo que se discute ahora son los números, los tiempos y los mecanismos' para la aplicación antes del 1 de agosto próximo de un compromiso global que permita la disminución del monto total de la deuda y la reducción de las transferencias netas de recursos al exterior, aunque el Gobierno de este país reconocerá y seguirá haciendo frente a sus obligaciones de pago sin limitar su porcentaje.

De acuerdo a los cálculos que manejan las autoridades, si se llega a un acuerdo para la reducción del 50% del monto total de la deuda comercial mexicana -unos 60.000 millones de dólares-, México vería reducido en 3.000 millones de dólares su pago anual de intereses. En esta hipótesis, el Gobierno mexicano sólo necesitaría créditos por valor de 4.000 millones de dólares al año para llegar a la cifra de 7.000 millones que aquí se estiman necesarios para empujar a la economía mexicana hasta un crecimiento del 4,5% anual. Esta reducción del 50% de la deuda comercial está, desde luego, considerada como una "meta ideal" por el Gobierno.

Criterios básicos

En su discurso de toma de posesión, el pasado 1 de diciembre, Carlos Salinas indicó que la deudaexterna total, calculada en unos 105.000 millones de dólares, sería renegociada conforme a cuatro criterios básicos: abatir la transferencia de recursos, reducir el valor de la deuda, obtener nuevos recursos para un horizonte largo y reducir la deuda en proporción al producto interior bruto. Sobre estos cuatro principios ya existe acuerdo, según la fuente citada, quien aseguró que el Gobierno mantendrá la disciplina monetaria e inflacionaria.

Las autoridades mexicanas confían en tener atados todos los cabos de la negociación antes de que finalice en julio próximo el Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico, un exitoso programa concertado de ajuste de la economía mexicana. La fuente citada afirmó que si la negociación ha acabado para esa fecha, el pacto podrá ser prorrogado, aunque con condiciones nuevas, pero si no se ha alcanzado un compromiso para entonces, el Gobierno derogará el pacto y optará por una política económica más agresiva.

La misma fuente dijo que "está excluida una devaluación importante antes o después de julio". El peso mexicano no se ha devaluado en porcentajes elevados desde noviembre de 1987. Hace dos meses el Gobierno autorizó un deslizamiento de la moneda mexicana respecto al dólar de un peso diario.

La renegociación de la deuda mexicana exigirá, probablemente, un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, lo que, aparentemente, no preocupa aquí. Las autoridades mexicanas estiman que el FMI respalda la política económica seguida en los últimos años y acepta la voluntad del Gobierno de Salinas de crecer a partir del segundo semestre de este año.