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EL FUTURO DE LA "PERESTROIKA"

Gorbachov facilita que Eltsin vuelva, del 'destierro'

Pilar Bonet

Mijail Gorbachov dejó abierta la puerta al retorno político de Boris Eltsin a los organismos de dirección soviéticos, a pesar de critícarle duramente, en el tormentoso pleno del Cormité Central del PCUS que condenó al entonces jefe del partido en Moscú el 21 de octubre de 1987. En un gesto sin precedentes, y en plena campaña electoral, las actas de aquel famoso pleno, mantenidas en secreto hasta ahora, acaban de ser difundidas por el boletín Noticias del Comité Central del PCUS, una publicación mensual iniciada este año para incrementar la glasnost o transparencia informativa en el interior de partido.La aparición de las actas del Pleno de octubre de 1987 habían sido solicitadas reiteradamente por distintos sectores de la opinión pública, que hasta ahora sólo disponía de versiones parciales, textos piratas y todo tipo de rumores.Las actas confirman que Eltsin, hoy uno de los hombres más populares de la URSS, presentó la dimisión como miembro suplente del Politburó, criticó el "estilo de trabajo" de Egor Ligachov y advirtió de la existencia de adulación hacia la persona de Gorbachov en el Politburó del PCUS. Los textos revelan también que Eltsin había formulado ya críticas en este sentido anteriormente, y en concreto en otro Pleno del Comité Central celebrado en junio de 1987.

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Víctor Chebrikov, entonces jefe del Comité de Seguridad del Estado (KGB), fue fustigado también por Eltsin. Éste acusó en junio de 1987 al secretario del Comité Central de enviar a gente a las organizaciones comunistas con objeto de recoger materiales contra su persona.

Eltsin, ahora vicepresidente del Comité Estatal de Construcción, es candidato a las elecciones del 26 de marzo por la ciudad de Moscú, y en un reciente encuentro con los electores ha acusado a sus -enemigos de organizar varios atentados - contra él y de intimidarle con llamadas anónimas amenazadoras. En una ocasión, según dijo, un coche se lanzó contra el suyo a gran velocidad desde una calle lateral. Su chófer, asegura, pudo evitar el choque desviando el vehículo, que fue alcanzado sólo en su parte trasera.

Desmentida de Ligachov

En el Pleno de octubre, Ligachov desmintió, según las actas publicadas, la acusación de Eltsin. "Nunca utilicé tales métodos, aunque hubo una situación difícil, dura y complicada", señaló Ligachov, que a su vez acusó a Eltsin de no tomar parte en las discusiones del Politburó y trató de concluir el debate en el Pleno. Gorbachov se opuso a ello y dio luz verde para un debate donde casi todos los participantes condenaron la actitud de Eltsin, le trataron de inmaduro político y reaccionaron airadamente ante dos de los principales reproches de Eltsin.

La adulación hacia Gorbachov y las dudas sobre el plazo de tres años fijado por el líder soviético para ver cómo se desarrolla la perestroika fueron los puntos que más dolieron en el Comité Central. Eltsin acabó concediendo que tal vez sólo unos cuantos miembros del Politburó se dedicaban a dar coba a Gorbachov. El político no cedió en su valoración del ritmo de la perestroika. "Dentro de dos años podemos aparecer ante la gente, diría yo que con la autoridad del partido debilitada", señaló Eltsin, según el cual se necesita más tiempo que el indicado por Gorbachov.

Eltsin vaticinó en 1987 un fenómeno que ha ocurrido de hecho. A saber, la reducción de personal proyectada en las instituciones soviéticas se ha convertido en muchos casos en un incremento de su plantilla.

Gorbachov, que acusó a Eltsin de ególatra, ambicioso e inútil, le dejó, sin embargo, un camino abierto en el futuro. Según dijo entonces el máximo dirigente de la URSS, Eltsin no estaba preparado para el puesto en la dirección soviética. "Pero yo no diría que este puesto sea superior a sus fuerzas a largo plazo, si puede sacar conclusiones", señaló.

Gorbachov pidió en 1987 una reforma política que diera "garantía de la capacidad del secretario general si éste, de repente, deja de producir ideas útiles para el partido y el pueblo". Consideró que los últimos años de Breznev fueron una "desgracia en nuestro partido", e indicó que ya entonces oponía resistencia al estancamiento. El líder invocó el testimonio de los funcionarios regionales y del Comité Central, quienes según dijo, "saben que hicimos todo para activar de algún modo el trabajo del partido a través del secretariado".

En el Pleno, muchos tomaron la defensa de Egor Ligachov, miembro del Politburó y secretario del Comité Central. El ministro de Exteriores, Edvard Shevardnadze, dijo que Ligachov era un hombre cristalino, de "gran moral y principios éticos", "entregado en cuerpo y alma a la perestroika". El ministro puntualizó que cada uno tiene sus peculiaridades Alexandr YakovIev, miembro del Politburó, se abstuvo de apreciaciones personales y señaló que "ninguno de nosotros somos ángeles".

El jefe del Gobierno, Nikolai Rizhkov, confesó que salía destrozado de las reuniones políticas en la época de Breznev y Chernenko. Más de uno hizo alusión al sudor que producen las largas e intensas reuniones de la directiva soviética desde que Gorbachov llegó al poder.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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