El Ejercito afgano se consolida en Jalalabad

El Ejército afgano consolidó ayer sus posiciones en Jalalabad y rechazó otros ataques de la guerrilla en diversas provincias. El Ministerio de Exteriores de Kabul hizo público un comunicado en el que aseguraba que en el cerco de esta ciudad murieron 2.000 muyahidin 14 soldados del Ejército, y que el presidente Najibulá ha hecho un llamamiento al secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, al líder soviético Mijail Gorbachov y al presidente de EE UU, George Bush, para que eviten "un conflicto mayor".

[El enviado especial de la agencia Efe en Afganistán, Jorge Melgarejo, resultó herido ayer en las cercanías de Jalalabad a consecuencia del disparo de un obús que costó la vida a cinco muyahidin que le acompañaban. Melgarejo, que sufre diversas heridas, aunque no revisten gravedad, llegó el pasado jueves con los primeros grupos guerrilleros hasta las primeras casas de Jalalabad. Los muyahidin consiguieron abrir las puertas de la cárcel y liberar a numerosos presos, si bien la operación se saldó con numerosas bajas entre los componentes de la guerrilla, informa Efe].Cañonazos y ametrallamientos esporádicos se sucedieron durante la jornada, pero fuertes rebeldes reconocieron en Peshawar (Pakistán) que la falta de un mando unificado en el ataque les hizo "perder la oportunidad" de capturar Jalalabad, que quieren convertir en sede del Gobierno interino.

El fracaso militar se produjo al mismo tiempo que la alianza rebelde ganaba la importante batalla diplomática de lograr el primer reconocimiento de su Gobierno. Arabia Saudí, que ha invertido mucho dinero en apoyo de la guerra santa afgana, anunció el jueves en Riad el establecimiento de relaciones diplomáticas con el Gobierno muyahidin.

Radio Kabul informó que el ejército dio muerte a 15 rebeldes, "entre los que se encontraban dos consejeros extranjeros", en la provincia de Lagman (este del país), pero no dio detalles.

Día de ocio

En Kabul, el día despuntó con el disparo de un misil Scud contra las posiciones de la guerrilla cercanas a Jalalabad. Pero posteriormente la jornada fue tranquila. El aeropuerto funcionó con normalidad y apenas se escuchó algún que otro cañonazo. El viernes, como en todo país musulmán, es festivo en Afganistán y los kabulíes se entregaron al ocio.

En un día de auténtica primavera, más de 5.000 personas se concentraron en una explanada de la capital para dedicarse a su deporte favorito: los combates de perros. Entre los asistentes se encontraba el general Muslim, un antiguo comandante de la guerrilla en Kandahar que se pasó a las tropas gubernamentales y fue considerado un probable sustituto de Najibulá.

Tras las escenas de pánico ocurridas el jueves en el aeropuerto de Kabul por el lanzamiento de varios misiles rebeldes y el intenso fuego cruzado que vivió la capital toda esa mañana, ayer miles de ciudadanos charlaban tranquilos a la salida de la plegaria. Muchos fueron los que acudieron a la mezquita de Wazir Akbar Jan, en espera de ver al presidente Najibulá, que en las últimas semanas ha asistido a la plegaria del mediodía. Pero el mandatario no fue.

El ejército afgano continúa la limpieza en los alrededores de Jalalabad y ha obligado a los rebeldes a retirarse a posiciones más lejanas de donde se encontraban antes de iniciar la ofensiva, el pasado día 5.