A mandar y a cobrar
Ellas irán, cómo no, a mandar y a cobrar. Las horas de guardia en la garita, los zafarranchos, las imaginarias, los cuerpo a tierra o las 700 pesetas por mes de servicio seguirán siendo materia reservada para los varones, que para eso uno va allí con el fin de hacerse, un hombre. Ellas irán a labiarse un estable porvenir, y sólo a nosotros se nos separará, en plena flor de la vida, de nuestras familias, amigos, estudios, o trabajos, para cumplir con las tareas de la defensa nacional. Yo a este, lo llamo una discriminación por razón de sexo-
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