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IEconomía, Hacienda y el Banco de Espana discrepan sobre las maneras de combatir la inflación

La inflación, enemigo público número uno de la actual política económica, tiene causas y soluciones diferentes, según se atienda a los mensajes lanzados durante los últimos días desde distintas instancias oficiales. Mientras el Banco de España se queja de tener a la política monetaria como única terapia, Economía ve con buenos ojos una subida de las retenciones para desalentar el consumo privado, y Hacienda, en un discurso con mejor "venta político, aceptaría a regañadientes no aplicar la deflactación de las cantidades ingresadas a cuenta del IRPF en un 4%.

En todo caso, se está a la espera del índice de precios al consumo de febrero para adoptar nuevas medidas de control de la inflación, ya que la situación se considera de alarma roja después del 1 % de subida registrada el pasado mes de enero. El tablero de medidas ahora en estudio abarca desde una nueva vuelta de tuerca a la política monetaria, dejar las retenciones como estaban antes del decreto -todavía no aprobado por el Gobierno- que deflacta la tabla en un 4% y, muy en último lugar, las tradicionales importaciones de choque.La diagnosis completa de la situación se efectuará una vez que se tengan los primeros datos sobre la marcha de los convenios colectivos y después de que se vea palpable el efecto de las medidas de política monetaria adoptadas el pasado mes por el Banco de España.

En preparación de estas medidas han surgido discrepancias entre el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, y el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, en un debate que no es nuevo, pero que durante estos días ha centrado las intervenciones públicas de los dos personajes. El debate entre el secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, y el supersecretario, José Borrell, discurre, sin embargo, por cauces internos y es la continuación de las diferentes posturas ya expresadas cuando el ministro de Economía, Carlos Solchaga, decidió, hace algo menos de un mes, elevar al Consejo de Estado un proyecto de decreto por el que se deflacta en un 4% la tarifa de las retenciones del IRPF.El gasto público

Mariano Rubio, en una reciente comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso, declaró su preocupación por la evolución del gasto público como factor que ha empujado el alza de precios y se quejó de estar "solo ante el peligro" con las medidas de política monetaria. Borrell, por su parte, se ha extendido durante los últimos días -concretamente ayer, durante un seminario sobre el gasto público organizado por Euroforum en El Escorial- en una justificación del gasto público como factor estabilizador.Borrell se resiste a utilizar la política fiscal como factor que modere los precios. "Estamos a tiempo de no aplicar la deflactación del 4% en la tarifa de las retenciones, pero no sería justo", afirmó. "Ello supondría subir la presión fiscal para ciertas rentas que no son culpables del tirón -de la demanda", añadió. Incluso se atrevió a realizar una declaración que aventuró polémica: "En buena parte, el crecimiento de la demanda puede estar motivado por las rentas que han aflorado en la lucha contra el fraude fiscal y que, ante el cerco de Hacienda, optan por gastar ese dinero negro en consu no sofisticado".

Por su pate, la Secretaría de Estado de Economía, encabezada por Pedro Pérez, un hombre poco dado a las polémicas públias, ha apostado por la subidi a lo largo del año o, como mal ,nenor, la no rebaja ahora de las retenciones en el 4% previsto, Ello tendría un efecto directo e inmediato en aplacar el consumo privado, lo que contrasta con las medidas monetaria.s cuyo efecto perverso, al sublir los tipos de interés, sería una menor euforia en la inversión privada.

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