La democratización argelina se desarrollará en plena crisis económica
El presidente argelino, Chadli Benyedid, deberá desarrollar en los próximos meses las promesas de democracia contenidas en la reforma de la Constitución aprobada el pasado jueves, al tiempo que lucha contra la grave crisis económica que padece el país y contra el cansancio y escepticismo de la población revelados en la última votación. La participación y los votos afirmativos en el referéndum del jueves fueron los más bajos en la historia de las consultas electorales en ese país magrebí.
Acostumbrados a mayorías aplastantes, los propios argelinos han sido sorprendidos por el hecho de que sólo el 73,43% de los electores haya dicho sí a una reforma de la Constitución que supone el fin del sistema de socialismo y de partido único. El pasado noviembre, en el primer referéndum para la reforma política, los votos afirmativos fueron el 92,27%; un mes después, Chadli Benyedid fue reelegido presidente con el 81,17% de los sufragios emitidos. La participación en el referéndum del jueves, 78,81%, fue asimismo singularmente baja en relación a las dos consultas citadas y a todas las que les habían precedido.
Fatiga popular
Tales resultados pueden explicarse por la fatiga del pueblo argelino tras unos meses cargados de importantes acontecimientos políticos. También por el poco entusiasmo desplegado durante la campaña electoral por la vieja guardia y buena parte de las bases del Frente de Liberación Nacional (FLN), descontentas con el abandono del socialismo y con el hecho de que a partir de ahora tendrán que competir con otras fuerzas políticas que aspiran a la legalización, en particular los bereberistas, los Islamistas y los comunistas.Un comentario difundido ayer desde Argel por la agencia France Presse señala que los bajos porcentajes del jueves "pueden indicar un abandono de prácticas electorales anteriores". La oposición argelina había venido denunciando la poca credibilidad de los referendos y las elecciones organizadas por el régimen del FLN.
Al informar en la madrugada de ayer de los datos definitivos del referéndum, el ministro del Interior, Abubaker Belkaid, anunció que ahora hay que "concretar en los hechos, sobre el terreno, las aspiraciones a más democracia, a más libertades públicas e individuales" del pueblo argelino. En fechas próximas, el Parlamento, dominado por el FLN, deberá discutir y aprobar las leyes que garanticen las libertades de prensa, partidos políticos y elecciones.
"La partida no está aún ganada por Chadli Benyedid", afirma un largo artículo dedicado a Argelia en la última edición de Jeune Afrique. El semanario recuerda que el presidente argelino debe aplicar de inmediato una durísima política de saneamiento ,económico, que significa a corto plazo "austeridad, despidos, precios realistas, privatizaciones y desigualdades sociales más visibles".
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