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Jomeini asegura que Rushdie no será perdonado, "incluso si se arrepiente"

El imam Jomeini afirmó ayer que "es de la incumbencia de todo musulmán" emplear los medios que posee para enviar al escritor británico de origen indio Salman Rushdie "al infierno", en una declaración en la que el jefe espiritual iraní reitera su condena a muerte contra el novelista considerado "blasfemo". Jomeini puntualiza que, "incluso si se arrepiente" Rushdie no será perdonado. La declaración de ayer, que ahonda la crisis abierta esta semana por este caso, ha sido acogida con "preocupación" por el Foreign Office, cuyo titular, Geoffrey Howe, pedirá hoy en Bruselas la solidaridad de la CE.

Antes de conocerse, anoche, la segunda condena de Jomeini contra Rushdie, la comunidad musulmana del Reino Unido estaba ayer dividida tras las disculpas ofrecidas el sábado por el escritor, quien afirmó lamentar profundamente el daño causado "a los sinceros seguidores del islam" por su novela Versículos satánicos, informa desde Londres Ricardo M. de Rituerto. Entre los musulmanes, las reacciones iban desde quienes perciben falta de convicción en el texto a quienes ven en él el principio del fin de la presente crisis. En Irán, donde se han ofrecido seis millones de dólares por la muerte de Rushdie, la versión oficial era que la declaración de Rushdie es positiva aunque no suficiente para obtener el perdón."Creo que lo que [Rushdie] dice es que no se arrepiente, porque se dirige sólo a los musulmanes sinceros, lo que implica que muchos musulmanes no lo son", según Liaquat Hussein, secretario general del Consejo de las Mezquitas de Bradford, la ciudad inglesa en cuya plaza pública se quemó la novela hace un mes. El Consejo "va a continuar su campaña contra este libro blasfemo hasta que sea retirado de la circulación" y así va a transmitirlo a los fieles que asisten a las 22 mezquitas de la ciudad, sólo dos de ellas seguidoras del shiísmo de Jomeini.

La editorial Penguin insistía ayer en que no va a retirar Versículos satánicos y mantiene sus planes de entregar a las libre rías una nueva edición esta misma semana, lo que contraría los deseos no sólo de los musulmanes de Bradford, sino del Comité de Acción Británico para Asuntos Islámicos, que, además, exige unas disculpas inequívocas y el pago de una indemnización por parte de la editorial a una sociedad benéfica musulmana. La Sociedad Islámica para la Tolerancia Religiosa, sin embargo, es menos maximalista y ha pedido a la editorial que publique una nota en el libro que diga que el texto "no es realidad, sino ficción creada por la mente calenturienta de Rushdie". Los benefidios de la venta de la novela deberán ser entregados, según esta organización, a una asociación benéfica y el Parlamento habrá de considerar medios para evitar problemas de este tipo, en particular la adopción de una ley contra la blasfemia que cubra creencias más allá de la cristiana.

Manifestación en París

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[En París, un centenar de intelectuales, muchos de ellos de origen árabe y creencias musulmanas, se manifestaron ayer pacíficamente en favor de Rushdie, informa Efe. Varios de los participantes declararon que el islam está más en peligro por el fanatismo de Jomeini que por el libro de Rushdie.]

Algunos intelectuales británicos, por su parte, han lamentado que el escritor haya cedido a las presiones del fanatismo. Jonathan Howard, un periodista que había apoyado a Rushdie, ha lamentado que el escritor "haya optado por esa vía del medio, porque no lleva a ninguna parte". Roald Dahl, escritor indobritánico como Rushdie, asegura que si él fuera el autor de Versículos satánicos se desharía del libro. "Lo mejor es ceder en una cuestión moral cuando se trata con fanáticos", señala.

Desde Teherán siguieron llegando, hasta conocerse el comunicado de Jomeini, informaciones contradictorias. A la confusión generada el sábado sobre el presunto indulto que se había ganado el novelista con su declaración, extremo luego desmentido, se añadió ayer la opinión del viceministro de Exteriores, Larijani, quien manifestó al encargado de negocios británico, Nicholas Browne, que la declaración de Rushdie es "positiva".

En Londres se considera que la presente crisis británicoiraní es un fruto más del enfrentamiento entre las diversas facciones del régimen de Teherán.

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