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UN PAÍS EN CRISIS/1

"Los esclavos no construyen; los libres, sí"

Ángeles Espinosa

Nadie se atreve en Egipto a negar la grave situación económica por la que atraviesa el país, con una deuda externa de 44.000 millones de dólares, una inflación del 30% y una tasa de desempleo que supera el 20%. Difiere, no obstante, considerablemente la interpretación que de las actuales coordenadas realizan partidarios y críticos del Gobierno. "La infitah [política de apertura] lanzada por Anuar al Sadat provocó una falsa percepción de la prosperidad. Se cometió un error de prioridades que está en el origen de nuestros problemas económicos", explica Baha al Din, en cuya opinión el Gobierno sólo ha tomado cartas en el asunto cuando "ya se estaba en bancarrota".De hecho, en 1986 la economía egipcia estuvo al borde del colapso. La baja de los precios del petróleo y la situación que diversos atentados terroristas provoca,ron en el Mediterráneo aféctaron a dos de las principales fuentes de ingresos del país: las exportaciones de crudo y el turismo.. A ello se sumó el regreso a casa de decenas de nules de emigrantes que trabajaban en los Estados petroleros del golfa Pérsico, también influidos por la recesión. El producto interior bruto experimentó una contracción del 2,7% y el comercio exterior disminuyó ante el inevitable deterioro de la solvencia de Egipto.

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Negociación con el FMI

Para los hombres del Neo Wafd, el más antiguo de los partidos políticos egipcios, las dificultades económicas van íntimamente unidas a la ausencia de democracia y libertad. "Si logramos ambas, Egipto podrá salir adelante", defienden sus miembros.

Estado y sector privado

El Neo Wafd es contrario al intervencionismo estatal y contempla la actividad del Gobierno en el terreno económico como de mera supervisión, pero nunca de interferencia. "El sector privado constituye la única solución para los problemas de falta de vivienda y desempleo", asegura Sherdi. Este político atribuye la alta tasa de inflación que padece su país al importante descenso de la producción que se ha efectuado, fruto de lo que él denomina "desvinculación de los trabajadores a su propio país como consecuencia de los años de dictadura". "Los esclavos no construyen; sólo lo hace la gente libre", concluye. Esta misma insistencia en la necesidad de incrementar la producción -que no anda lejos de los objetivos expuestos por el Gobierno- la aduce el Neo Wafd cuando se meliciona el problema de la superpoblación.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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