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Lisboa recuerda a Pessoa con la representación de su 'Fausto'

La obra acudirá al Festival Internacional de Madrid

El mejor homenaje prestado a Fernando Pessoa, en un año de conmemoraciones internacionales del centenario del nacimiento del poeta portugués, es la buena acogida que tanto la crítica como los especialistas en este autor han dispensado al estreno, en Lisboa, del espectáculo Fausto, Fernando, fragmentos, montado por Ricardo Pais a partir de la obra inacabada de Pessoa.

Un entusiasmo ampliamente confirmado por el público, en su mayoría joven, que llenó prácticamente todos los días la sala del teatro nacional Doña Maria, de Lisboa, a lo largo de todo el mes de enero y hasta el pasado 5 de febrero, y que se dejó conquistar por la modernidad de un escritor que padece la fama de ser difícil y bastante hermético.Ricardo Pais, el joven director portugués que concibió la escenificación, -aunque él prefiere hablar de coreografía-, de Fausto, Fernando, fragmentos, reconoce, sin falsa modestia, que quiso "ser el primero" en intentar la difícil empresa, "inevitable a partir de la fijación", por Teresa Sobral Costa, del texto definitivo "de la obra en que Fernando Pessoa trabajó a lo largo de 20 años y que dejó inacabada".

La edición portuguesa de Fausto, de Fernando Pessoa, acaba de ser publicada, y Ángel Crespo, uno de los especialistas más reconocidos, y autor de una biografía, está terminando la versión castellana. El mayor acierto de Fernando Pais ha sido, tal vez, resistir a la tentación de "inventar una obra de teatro que no existía".

"Pessoa no era un dramaturgo, y con los fragmentos que dejó escritos tal vez se podrían inventar dos o más Faustos", dice Pais, para abordar el problema desde otro ángulo: la "tragedia subjetiva", que es la obsesión del propio Pessoa por el mito de Fausto, que lo acompañó a lo largo de toda su vida, puesto que escribió los primeros fragmentos con 20 años, y los últimos, días antes de su muerte. [El mito de Fausto es el del sabio que vende su alma al diablo a cambio de sabiduría u juventud mientras viva].

Teatro del pensamiento, Fausto, Femando, es la representación de la soledad, del "dolor de pensar" sin conseguir sentir; el texto pessoan circula dentro del espectáculo, como un elemento del mismo". En la ausencia de una acción dramática -Pessoa hace gritar a Fausto contra "el horror metafísico, de la acción"-, el dispositivo narrativo adoptado da la prioridad absoluta a sonido, palabras, voces, música.

Desdoblamiento

La máquina de teatro, diseñada por Antonio Lagarto, y que representa un estudio de radio, funciona corno si fuera un enorme megáfono, que amplifica, refracta o confunde los sonidos, las luces, los volúmenes y las líneas.El desdoblamiento de Fausto en seis personajes, figurados por otros tantos actores, presentes simultáneamente en el palco, junto o en cubículos sobrepuestos (según una técnica figurativa que evoca las historietas) acentúa la identificación con el propio Pessoa, con su imposibilidad de "caber en un solo cuerpo", de encontrar un sentido único a la multiplicidad de los dioses y de los infinitos.

Hacer perceptible el drama pessoano mismo para un público que no conoce la obra del poeta y no entiende la lengua de los actores es la apuesta que Ricardo País quiere ahora ganar con la representación de su Fausto en España, los 24, 25 y 26 de febrero, durante el festival de teatro de Madrid, antes de llevarlo a París y Río de Janeiro.

[Muerto cuando su fama apenas trascendía el pequeño círculo de unos cuantos en Lisboa y en alguna otra capital, hoy pasa por ser uno de los poetas principales del siglo europeo. Su obra, escrita en un breve comienzo en inglés, luego en portugués, compone lo que se ha dado en llamar el drama em gente, y está escrita por varios heterónimos: identidades ficticias que no son simples seudónimos.]

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