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Reportaje:

Depresión invernal

Vacaciones en España o fuertes dosis de luz de neón contra el síndrome de la ausencia del sol

Isabel Ferrer

Estar en una habitación soleada disfrutando de un buen libro o una música agradable no parece extraordinario para cualquier europeo que viva en las márgenes del Mediterráneo. Permanecer en ese mismo lugar durante tres horas, recibiendo un baño de luz procedente de cuatro tubos de neón, resulta sin duda extraño pero puede curar una depresión invernal. Así ocurre, por ejemplo, con el 70% de los tres de cada 1.000 holandeses que padecen el denominado trastorno afectivo estacional (SAD), siglas que además coinciden con la palabra inglesa triste.

La habitación, abierta en el hospital De Heel de Zaandam, es más bien una sala provista de una mesa, una silla, algunos carteles y plantas y un enorme ventanal. Este último no resulta de gran ayuda normalmente, dado que el sol visita poco los Países Bajos. En la pared y cerca de la mesa, aparecen los cuatro "soles" que emiten una luz denominada por los médicos verdadera, ya que incluye todo el espectro solar con un 10% de rayos ultravioleta para no dañar los ojos.Los pacientes acuden al centro tres veces durante una semana y, sentados a un metro de distancia del foco luminoso, lo miran de vez en cuando mientras ocupan su tiempo con la lectura, cosiendo o escribiendo casas. Al salir, comentan con el psiquiatra su estado de ánimo, y suelen regresar a sus casas sonrientes y tibios, pues los tubos emiten también un calor considerable.

Una semana después, su aspecto mucho de parecerse al que los llevó a llamar al doctor Droogleever Fortuyn, psiquiatra de De Heel. "Suelen dormir mucho aunque su sueño no es agradable. Comen dulces y alimentos ricos en hidratos de carbono y no tienen iniciativas. Algunos incluso piensan en el suicidio, pero esa es una imagen pasajera". Cuando por fin llegan a Zaandam, son recibidos por los responsables del departamento de psiquiatría en un ambiente sosegado, donde predominan los tonos verdes y amarillos suaves.

Viaje al sol

"En realidad, la terapia se descubrió en 1980 en Estados Unidos, cuando un psiquiatra anotó la mejora notable de uno de sus pacientes con depresión tras un viaje a un Estado soleado. El Instituto Nacional de Salud Mental americano investigó luego sobre la eficacia del sol en los estados depresivos, y vieron que se necesita una intensidad de 2.500 LUX para combatirla". O para estar más alegre, porque según el doctor Droogleever Fortuyn, si bien en los países escandinavos, Alemania e Inglaterra también se practica la terapia de la luz con buenos resultados, no se tienen demasiadas noticias de casos similares en el hemisferio sur."Claro que unas vacaciones en el sur mejorarían también al paciente. Yo las aconsejo, pero resultan mucho más caras, sobre todo desde que el pasado 1 de enero, la Seguridad Social se hiciera cargo de nuestros servicios en beneficio del paciente".

Entre las hipótesis científicas que se barajan continuamente para explicar la depresión invernal, el doctor Droogleever Fortuyn apunta la reacción ante la luz de la hormona que aparece en la glándula pineal situada en el cerebro. "Es una especie de reloj. Sabemos que si no hay suficiente seratonina en algunas zonas del cerebro, se producen depresiones. Por eso, nuestros pacientes comen mucho. Al hacerlo, se incrementa la concentración de seratonina y cambian su estado de ánimo. Pero la luz por sí sola también es suficiente para tranquilizar o equilibrar el ritmo biológico".

Lista de clientes

Cuentan los doctores de De Heel que entre sus notas aparece incluso la decisión de algunas fábricas de aumentar la potencia de luz del edificio para mejorar la producción."Cuando comprobaron que funcionaba, la aumentaron más. Los efectos fueron excelentes, pero poco después, al reducirla durante una revisión vieron que los trabajadores aún reaccionaban mejor. No era la luz, sino lo que los empleados creyeron una mejora de sus condiciones de trabajo".

A las investigaciones sobre los efectos de la luz, los psiquiatras de Zaandam piensan añadir en breve un estudio sobre el elevado número de mujeres que llaman pidiendo inscribirse en la lista de pacientes.

"Ya sabemos que la luz tiene mucho que ver con la concepción, y con el llamado síndrome premenstrual, pero las mujeres que llaman tienen edades muy diversas, y tendremos que esperar para elaborar una estadística fiable sobre las razones de un mayor índice de depresiones invernales entre ellas".

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