El fiscal rebaja la petición de penas contra los procesados por el 'rififí' del Hispano
El fiscal Carlos Romero de Tejada retiró ayer la acusación de asociación ilícita para delinquir que pesaba sobre siete de los 14 procesados por el rififí del Banco Hispano Americano de Barcelona y exculpó de todos los cargos al acusado Francisco Sierra, alias el Rioja.
Sierra fue procesado tras el asalto al banco, realizado en agosto de 1985, por su supuesta participación en la financiación del golpe al hacer frente a gastos como la manutención de los nueve italianos implicados, entre ellos los cerebros Andrea Tranchina y Mario Proletti. La retirada de esta acusación por parte del fiscal obedeció a que, en su opinión, no ha quedado probada dicha participación. El Rioja abandonó ayer mismo la sala donde se celebra el juicio, que concluirá hoy.La modificación de las conclusiones del fiscal -que retiró la acusación de asociación ilícita para delinquir- conlleva una sustancial rebaja en las penas que pueda imponer el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Barcelona. De hecho, la pena máxima que puede recaer sobre alguno de los procesados es de seis años de prisión por el delito de robo, frente a las solicitadas en el trámite de calificación provisional que se elevaban a 8 y 12 años de prisión. Es decir, por uno de los robos más importantes de los realizados en España, que reportó un botín de unos 6.000 millones de pesetas, la pena máxima será de seis años.
Protección deficiente
Antes de que el fiscal modificara sus conclusiones, toda la sesión del juicio se centró en un minucioso debate sobre las medidas de seguridad del banco y, más concretamente, del sensor volumétrico de la cámara acorazada que fue inutilizado por los asaltantes. El perito José Villalba, designado por la juez que instruyó el sumario, afirmó que los sistemas de seguridad de la cámara eran "anticuados y obsoletos".Villalba subrayó que desde 1980 se tenía pleno conocimiento de la proliferación de asaltos a entidades bancarias por el procedimiento del butrón y de la lanza térmica, tal como se hizo en dos ocasiones en oficinas del Hispano, aunque en la primera de ellas el robo se frustró.
La colocación de un sensor sísmico o de vibraciones, según este perito, hubiera sido suficiente para evitar que los asaltantes accedieran a la cámara. Este sistema puede captar vibraciones en las paredes y suelo de la cámara "por lo que seguro que se hubiera accionado con los efectos de la lanza térmica". Villalba matizó que otro sistema óptimo contra robos de este tipo es un sensor térmico, que hace saltar la alarma al detectar el aumento de temperatura a consecuencia de la utilización de la lanza térmica. El perito subrayó que un decreto de 1984, que regulaba los sistemas de seguridad, exigía la "actualización" de los mecanismos.
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