Lauren Bacall: "Ya no pido que las películas tengan magia"

Lauren Bacall, uno de los grandes mitos vivientes de la historia del cine, pasea hoy por las calles de Madrid buscando en las rebajas ropa de niño para sus tres nietos y visitando casi con avidez el Museo del Prado. La viuda de Humphrey Bogart se encuentra en Madrid como invitada al programa de TVE Más estrellas que en el cielo, de Terenci Moix, donde intervendrá el próximo día 15. Respecto al cine actual, Lauren Bacall dice decepcionada que "a estas alturas lo único que espero de una película es que sea buena. Ya no pido que tenga magia, imaginación, ni se produzcan milagros".

La última vez que la actriz norteamericana estuvo en Madrid fue hace 30 años. Lo hizo camino de Granada donde rodó uno de sus innumerables filmes. En Barcelona estuvo en marzo del año pasado también para intervenir en un programa de televisión, en aquella ocasión de la TVE-3, en el espacio de Ángel Casas. Cuando se le pregunta por qué no ha venido antes a Madrid, y si costó convencerla ahora, responde con ironía: "dije que sí al primer ofrecimiento y no vine antes porque nadie me invitó".Respecto a las memorias que ha escrito, al igual que otras estrellas de su época, espera que nadie piense que lo hacen porque no tienen nada que hacer: "Las escribimos porque hay muchas experiencias acumuladas y cuando somos jóvenes, en realidad no tenemos de qué hablar". En la actualidad, escribe otro libro en el que narra sus vivencias de los últimos años. Años transcurridos fundamentalmente en los escenarios teatrales y, en los últimos meses, en el cine, actividad a la que ha vuelto a pesar de la crisis que afirma atraviesan los actores en su país.

Humphrey Bogart

Se podría pensar que por su trayectoria y su relajada situación económica la Bacall rechaza los guiones y proyectos cinematográficos, pero ella afirma sin ningún pudor: "acepto todo lo que me ofrecen, porque no hay mucho trabajo".Inevitablemente y a pesar de ella, su primer marido el también mítico Humphrey Bogart salió en la conversación y la Bacall insistió una vez más en que se lean las memorias que ella ha escrito con el fin de romper de una vez por todas esa imagen de hombre duro que se tiene de él. No obstante afirmó taxativamente que "Bogart no hay más que uno" y que "no existen herederos en el cine internacional".

La Bacall, a sus 64 años, se siente orgullosa de su aspecto físico y no le faltan motivos. Cuando se le preguntó si la razón de que no viera las películas protagonizadas por ella, era por no observarse más joven, Lauren Bacall preguntó llena de orgullo: "¿tan mal estoy?", a lo que todos los presentes contestaron rápidamente que en absoluto.

Terenci Moix, de quien la actriz dijo: "Nos enamoramos nada más vernos", se dirigió a Lauren Bacall, tanto en privado como en público, llamándola Betty, su verdadero nombre, aunque sin mencionar su auténtico apellido, Perske.

Para el presentador del programa Mas estrellas que en el cielo la presencia de Lauren Bacall supone entrar en contacto con uno de sus grandes mitos. Terenci Moix define a la actriz como "una gran dama". "Estos son los grandes mitos de a historia del cine, los actuales están más ligados al mundo de la televisión y por tanto son más efímeros, más inmediatos", dice Terenci, quien considera que esa gran personalidad de su Betty es la carácteristica de los grandes de Hollywood, que hoy ya no existen, por lo que en la actualidad ha optado por interesarse más en los escritores o en los directores de ópera.

Lauren Bacall, que ayer, al igual que hará hoy, acudió al Museo del Prado sin maquillar, a pesar de lo cual, y ante su sorpresa, fue reconocida en numerosas ocasiones, se ayuda para conservar su inmejorable aspecto, con una abstención total de tabaco, alcohol y excesos en las comidas.

Cuando un periodista le preguntó si el secreto de su lozanía era un amor, ella, con el humor que demostró en todo momento, le contestó: "ese amor eres tú".