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Los seis militares procesados en Valencia destinaban fondos a fines distintos de los asignados

Los seis militares procesados la pasada semana en Valencia gestionaban contabilidades paralelas en el antiguo Parque de Artillería de la ciudad, según recoge el auto de procesamiento. Diversas cantidades eran desviadas de los fondos oficiales y pasaban a engrosar los denominados fondos particulares. Estos fondos, gestionados por una denominada Junta Económica del propio regimiento, se justificaban en la necesidad de agilizar el pago ole los suministros, pero escapaban a los normales controles legales. La cantidad manejada en uno de los fondos se situaba en torno a los cuatro millones de pesetas.

Más información
Más claridad para evitar desviaciones.

En los recursos de los defensores de los inculpados contra el procesamiento, se aporta documentación sobre el funcionamiento de los fondos particulares. Se acompañan recibos de los suministros pagados con esos fondos y también documentación oficial en la que altos mandos reconocen explícitamente su existencia. Los hechos ahora en trámite de enjuiciamiento se produjeron en los años 1983 y 1984."Es una práctica muy antigua en muchas unidades del Ejército", en palabras de José Luis Boronat, uno de los defensores. Boronat, dirigente del Centro Democrático y Social, se negó a revelar los nombres de los implicados, las cantidades de los fondos y otros datos. El mutismo en la Fiscalía Militar y en el juez instructor de la causa es también absoluto, a pesar de que este periódico ha intentado en numerosas ocasiones recabar información sobre el caso.

El coronel juez togado Juan Aliaga, del Juzgado Militar Central número 2 de Madrid, notificó la pasada semana los autos de procesamiento a dos coroneles, dos tenientes coroneles, un comandante y un capitán. Están procesados por haber cometido presuntamente un delito del artículo 157.4 del Código Penal Militar. Este artículo prevé penas de entre tres meses y un día de prisión hasta dos años para quienes "incumplieren sus deberes militares fundamentales causando grave daño o riesgos para el servicio".

Los fondos particulares se nutren de muy diversas formas. Una de las habituales es contabilizar las comidas de soldados de permiso y pasar las cantidades ahorradas desde la contabilidad oficial a la paralela. El cobro de llamadas telefónicas particulares o la reventa de desperdicios son otros sistemas frecuentemente utilizados.

Ranchos y teléfonos

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La lentitud de la transferencia del dinero procedente de los presupuestos obliga a utilizar dinero de los fondos particulares para pagar las facturas de quienes suministran comida a los cuarteles o, incluso, para liquidar los recibos del teléfono. Los fondos, ingresados en bancos o cajas, están gestionados por las denominadas Juntas Económicas, que disponen de todos los recibos que corresponden a los pagos.

El abogado José Alberto Pineda, otro de los defensores , explicó a este periódico esta actividad con estas palabras: "Si de los haberes para el rancho de una tropa de 30 soldados donde comen 15, en lugar de restituir el importe de las otras 15 comidas se utiliza en mejorar las restantes, no ha habido beneficio propio, aunque se haya deducido de la Hacienda militar". Tampoco Pineda ofreció mayor información. Para José Luis, Boronat, "si hay alguna norma que prohíba la existencia de fondos particulares, ha quedado derogada por desuso".

El procesamiento de militares provoca importantes consecuencias inmediatas, tales como la reducción del salario, en tanto se tramita la causa, y -la congelación del escalafón. Boronat anunció ayer que estudia promover a través de su partido una modificación, legislativa en este punto.

Según pudo saber este periódico, uno de los coroneles procesados es Herminio Tortajada, actualmente en la reserva activa, quien, hace cuatro años, fue condenado a ocho meses de prisión por un delito de "infracción de deberes militares". El coronel Tortajada cumplió una parte de la condena en un establecimiento militar y la otra en su propio domicilio.

Tanto los jefes como el oficial, el capitán José Oliver, en estos momentos en la reserva activa, estaban adscritos al antiguo Parque de Artillería de Valencia.

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