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Gran operación policial en la RFA por el "caso Rabta"

La policía de la República Federal de Alemania realizó ayer una amplia operación para hacerse con pruebas sobre la implicación de compañías alemanas occidentales en la supuesta producción libia de armas químicas. En 15 registros en las sedes de las compañías sospechosas y viviendas de sus directivos, los agentes confiscaron numerosa documentación relacionada con el caso. Es la primera reacción efectiva del Gobierno federal ante la creciente presión política de la oposición y los aliados de la RFA.

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Un arma contra Genscher

El Gobierno reconoció ayer que el "escándalo libio" ha causado "considerables daños" a las relaciones internacionales de Alemania Occidental. La operación policial llegó tras casi un mes de acusaciones públicas e ininterrumpidas de Washington por la inoperancia de las autoridades de Bonn en el caso.El ministro ¿le Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, anunció ayer que se investigará el caso con "total energía". Genscher compareció inesperadamente ante la comisión de Exteriores del Bundestag, reunida en sesión extraordinaria para analizar la situación creada. El ministro de Exteriores de la RFA ha sido atacado virulentamente por congresistas norteamericanos en Washington.

Genscher, el canciller Kohl y el ministro de Finanzas, Stoltenberg, son considerados en Washington los principales responsables de que la RFA no persiguiera desde un principio a las compañías que han suministrado a Libia la tecnología y los equipos para construir una fábrica de armas químicas que supone una grave amenaza para Israel y, otros vecinos del régimen de Muarnmar el Gaddafi.

El Gobierno no respondió a ninguna de las 49 preguntas formuladas por la oposición relacionadas con la implicación de compañías alemanas en la construcción de la fábrica de armas químicas en Rabta y la actuación del Gobierno desde que tuvo conocimiento del caso hace más de un año.

La implicación de las compañías alemanas, entre ellas algunas estatales como la Preussag Ag, en la construcción de la planta química. ha sido confirmada ante la fiscalía de Offenburg por un colaborador de la empresa Imhausen-Chemie. Éste confirmó que Preussag había suministrado los planes para toda la estructura de la planta y aseguró que "era un secreto a voces" en Imhausen que el destino de sus productos era Libia y no Hong Kong como afirmaban los formularios de exportación.

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También eran conscientes todos los colaboradores, dijo, de que no se trataba de una fábrica para productos farmacéuticos inofensivos. Contaba con los mecanismos de seguridad e instalaciones necesarias para el procesamiento de productos altamente tóxicos.

Según los nuevos indicios con que cuenta la fiscalía que lleva el caso, además de Preussag se halla implicada en el escándalo de Rabta otra empresa de propiedad estatal de la RFA, lo que arroja nueva responsabilidad sobre su responsable, el ministro de Hacienda, Gerhard Stoltenberg.

Entre las viviendas registradas ayer se encuentra la del propietario de Imhausen, Jürgen Hippenstihl-Imhausen. ste negó hace días que miembros de su compañía hubieran participado en el proyecto en Libia, reconociendo únicamente el suministro de equipo. Las declaraciones de un colaborador suyo ante el fiscal confirman que miembros de la plantilla de Imhausen participaron directamente en las obras.

La policia confiscó en sus registros gran cantidad de documentación en las sedes de las compañías y viviendas privadas. Según las declaraciones de¡ citado técnico de Imhausen, el encargo del régimen de Gaddafi se recibió en 1984 y los planes estuvieron listos en 1986. La colaboración de Imhausen y Preussag con Libia se ha mantenido hasta muy recientemente.

Técnicos que participaron en el proyecto declararon, según la revista Stern, que habían visto planes de Preussag en los que había sido borrado el nombre de la compañía y que la planta está protegida por baterías antiaéreas.

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