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LA MUERTE DEL GENIO DE PORT LLIGAT

Cansancio y tristeza en torre Galatea

La muerte de Dalí supone el cierre temporal de Torre Galatea, residencia del artista. Una vez conocidas las últimas voluntades del pintor, la antigua torre Gorgot volverá a abrir sus puertas, esta vez en calidad de sede de la Fundación Gala-Salvador Dalí. Diez días antes de que muriera Dalí, Emili Puignau, contable del servicio personal del artista desde 1936, renunció a su cargo alegando cansancio por su avanzada edad.El día de la muerte de Dalí, el secretario del pintor, Robert Descharnes, hizo sus maletas y abandonó las habitaciones destinadas a su uso en la torre. En adelante, se alojará en un hotel, como cualquier otro miembro de la fundación. El secretario de la institución, Francisco Vergés, deberá guardar personalmente las llaves del despacho de la secretaría y responsabilizarse del control de la misma y del archivo.

"Ahora las cosas han cambiado", manifestó a este diario el abogado de la fundación, Miguel Doménech; "debemos ser muy estrictos mientras no se conozcan oficialmente las últimas voluntades de Dalí y sus herederos vengan a hacerse cargo de todo".

La dimisión de Puignau, hombre de confianza de Dalí desde 1936, ha sido un suceso triste para las personas de¡ entorno del pintor. Él era el encargado de pagar nóminas y rendir las cuentas domésticas a Dalí y a su fundación.

A pesar de su dimisión, Puignau, junto con Vergés, prepara una "especie de finiquito, con una serie de bonificaciones personales, que se entregará a cada uno de los que han estado al servicio de Dalí hasta el último momento", según Doménech, que es quien se lo ha encargado. Además de las enfermeras, al servicio de Dalí estaban su chófer, Arturo Caminada; la esposa de éste, Paquita, cocinera, y Trini, la criada. Todos ellos, en principio, abandonarán la Torre Galatea, a menos que la fundación les encuentre un lugar apropiado. De momento, Caminada, "triste y cansado", no se plantea nada.

Otro caso es el del personal de secretaría. María Teresa Burgues, que formaba parte del grupo que siempre ha acompañado a Dalí en sus desplazamientos clínicos, es muy posible que pueda seguir en Torre Galatea al igual que su colaboradora Montserrat Aguer. Ambas manifestaban estos días su "total cansancio".

Burgues y Aguer eran las encargadas de tamizar las llamadas que llegaban a Torre Galatea. El problema surgía porque Descharnes, Doménech y Antoni Pitxot, los más solicitados, ne, comparten el mismo criterio a la hora de filtrar las llamadas. Tras muchas horas de trabajo, y ante la variedad de de opiniones sobre su trabajo, en el anochecer del lunes, Burges tuvo que abandonar su puesto por una crisis nerviosa.

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