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Entrevista:

"En España no se ve la estrategia de desarrollo regional"

Declaraciones de Eneko Landaburu, director general del fondo de la Comunidad Europea Feder

"El fallo fundamental es que a España no se le ha visto la estrategia de desarrollo regional", afirma Eneko Landaburu, director general del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y de la política regional de la Comunidad Europea (CE). El hombre de los fondos, el funcionario comunitario más relevante de los que tiene España en la CE, entiende que la reforma aprobada para la duplicación de las ayudas a las regiones más atrasadas tiene que servir para definir bien las prioridades. A finales de marzo, el Gobierno tendrá que presentar un programa decisivo para los próximos cinco años, ya que prácticamente el 80% de la geografía nacional puede beneficiarse de ese dinero.

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Nacido en París en marzo de 1948, hijo de vascos en el exilio, casado con una francesa y padre de tres hijos, Eneko Landaburu mantiene sus vínculos con todo lo español muy vivos. Estudió Derecho, aunque luego se dedicó a la investigación económica. Tuvo una experiencia como diputado socialista en el Parlamento vasco y luego se fue a Ginebra como asesor del director de la multinacional Nestlé para Latinoamérica. Cuando a mediados del año 1986 se hizo cargo de su actual puesto, con 38 años de edad entonces, se convirtió en el director general más joven de la Comisión Europea. Hoy mantiene ese marchamo y ha hecho olvidar que, por su juventud, fue recibido con recelo.Sus relaciones políticas despiertan envidia. No tiene mas que amigos en el PSOE y en el Gobierno. Conoce de cerca los resortes del poder socialista francés. Se entiende bien con Jacques Delors. Y cuando uno busca una falla y le pregunta si conecta bien con Pascal Larny, el poderoso y distante jefe de Gabinete del presidente de la Comisión Europea, la respuesta es: "Estudiamos juntos en la universidad de París".

Pregunta. ¿Para qué sirven la política regienal y el Feder?

Respuesta. El Feder es nuestro instrumento más importante porque concede una financiación considerable a diversos países comunitarios, pero la Dirección de Política Regional de la CE tiene también la responsabilidad de vigilar y medir las consecuencias de las otras políticas comunitarias en los países de la Comunidad que tienen problemas de desarrollo.

P. Tras la reforma de los fondos de la CE, su papel se ha reforzado.

R. La decisión que va a tomar la Comisión es considerar al Feder un poco como el jefe de fila para coordinar también las ayudas de los otros fondos a las regiones más atrasadas y a las que sufren una fase de declive industrial.

P. Usted administra el segundo mayor presupuesto de la CE, que se va a duplicar de aquí a 1993. ¿En qué se va a notar?

R. Primero en unas intervenciones de apoyo a infraestructuras absolutamente necesarias para un desarrollo económico más fuerte. Los objetivos se centran en carreteras, ferrocarril, producción energética, equipamiento para la formación profesional, etcétera. Otro punto importante son las telecomunicaciones. Y queda, por último, la ayuda a la investigación y desarrollo, a la creación de empresas y a la asistencia técnica.

P. ¿No sobran quizá objetivos y falta dinero?

R. Lo que hemos logrado es lo máximo que políticamente podíamos conseguir. La única respuesta es que tendremos que suplir las limitaciones con eficacia. La solidaridad del norte no ha dado para más.

P. ¿Con medio billón de pesetas este año y un billón en 1993 habrá suficiente?

R. Nunca llega para todo lo que queda por hacer, pero podemos aportar el volumen financiero para crear las condiciones de una dinámica de desarrollo. Claro, esta ayuda es más importante en los países pequeños. Para Grecia, Portugal e Irlanda nuestra aportación de dinero va a ser equivalente al 3% de su producto nacional bruto.

P. Pero España, dentro del grupo de los más atrasados, es un país grande.

R. En 1988 las ayudas para nuestro país han superado los 90.000 millones de pesetas. Irán creciendo hasta llegar a alcanzar en el año 1993 unos 230.000 millones de pesetas. La idea es que el 25% del Feder tiene que ser para España.

Prioridades

P. ¿Y va a dar para construir todo lo que hace falta?

R. Si se utiliza de manera correcta creo que es suficiente para crear buenas condiciones de desarrollo en las regiones, sobre todo si se tiene en cuenta que el Estado tiene que poner otro tanto. Además hay que contar las ayudas del Fondo Social y del Feoga-Orientación. El problema decisivo va a ser cómo se va a utilizar ese dinero.

P. ¿Cree que el Gobierno tiene las prioridades claras?

R. Nosotros como Comisión Europea pedimos al Estado un esfuerzo tremendo. Lo que queremos es decidir los planes de desarrollo regional para cinco años. El Gobierno español tiene que hacer un ejercicio de programación económica que es muy difícil, y ha de tomar ciertas decisiones que son delicadas a nivel político. Tendrá que decidir cuánto dinero va a cada región y para qué tipo de gastos, es decir, de competencias de cada ministerio.

P. 0 sea, se va a acabar la táctica de compensaciones y equilibrios.

R. De alguna manera sí. Hasta ahora los proyectos se repartían según las presiones de tal o cual comunidad autónoma. Probablemente la reforma creará problemas entre regiones y también entre ministerios, porque hay que decidir dónde y en qué se invirte con criterios de programas globales a medio plazo.

P. En nuestro país se da la paradoja de que el sur subdesarrollado o en crisis está cada vez más en el norte.

R. Por eso una de las proridades en términos de ordenación del territorio tiene que ser un eje de comunicación ultramoderno, sea por tren o por carretera, que vaya desde la punta de Galicia hasta la frontera del País Vasco con Francia. Si no se hace eso, toda la cornisa cantábrica va a quedar marginada.

P. Y este tipo de opciones podrá tomarlas la CE.

R. No podemos imponer las decisiones porque el Estado pone la mitad del dinero, aunque seguramente podremos convencer de que es necesario hacerlo.

P. Como novatos en la CE, ¿qué errores deben corregirse a la hora de pedir el dinero?

R. Muy honestamente tengo que decir que España ha utilizado bastante bien el dinero que recibe. El fallo fundamental es que no se ha visto cuáles eran los criterios de utilización de fondos del Feder, no se ha visto la estrategia de desarrollo.

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