Nicolás Redondo ve difícil un giro social mientras el Gobierno crea que "los obreros han desaparecido"

Nicolás Redondo, secretario general de UGT, considera muy difícil que se produzca un giro social mientras el Gobierno siga apoyándose en los empresarios y crea que "los obreros han desaparecido". En el acto de clausura de las jornadas de debate sobre el giro social organizadas por el Instituto Sindical de Estudios (ISE), el máximo dirigente de UGT mostró su extrañeza porque, un mes después de la huelga general, sigan "la misma política económica, las mismas personas, la misma prepotencia".Entiende que el 14 de diciembre no debe significar "un mal sueño, una pesadilla", sino una fecha de la que deben extraer conclusiones los partidos de izquierda. Parafraseando la intervención de Alfonso Guerra ante el Comité Federal del PSOE, Redondo afirmó que en esa jornada se demostró que "la clase obrera sigue existiendo y tomará las determinaciones pertinentes".

Situación bloqueada

Al líder de UGT le preocupa que no se llegue a acuerdos en la mesa de concertación con el Gobierno y que la situación esté bloqueada, dado que "no se sabe lo que se quiere y a dónde se va". Redondo rehúsa hablar de movilizaciones hasta que no terminen las negociaciones, porque no quiere distraer a la opinión pública, y para que se sepa quién es solidario y quién no con los pensionistas, los parados y los funcionarios.

En su opinión, la solución a las demandas sindicales no es cuestión de dinero, depende de la voluntad política, y considera peligroso que se confundan "las ideas, los conceptos" y se pase a defender "intereses creados".

A los dirigentes de Comisiones, que también han participado en las jornadas de debate del ISE, Redondo les propone una política de firmeza frente al Gobierno y la patronal CEOE. "Ha sido clave la unidad de acción" afirmó, "y es imprescindible para la negociación colectiva. Tenemos la obligación de seguir teniendo en cuenta el 14-D para fortalecer la sociedad".

Redondo pide al Gobierno que atienda las cinco demandas sindicales y anuncia que las van a reivindicar permanentemente hasta que se les haga caso. Y reprocha al Ejecutivo que desde 1982 nunca haya reconocido que los trabajadores y los sindicatos tenían razón. Según el dirigente ugetista, "los trabajadores se han sentido abandonados por la clase política y sujetos a la estricta economía de mercado, que nos ha llevado a una sociedad dual. Una clase obrera que se ha tomado la revancha el 14-D y pide una sociedad más justa y, sobre todo, más igualitaria".

La corrección de los desequilibrios macroeconómicos se ha logrado, en opinión de Redondo, a costa de un precio muy alto consistente en la precarización del empleo, el aumento de los beneficios a "niveles ultrajantes" una dinámica especulativa y el injusto reparto de la riqueza. Ello le lleva a preguntar: "¿Para qué se han hecho sacrificios? No pedimos un giro copernicano, sino demandas posibles", y entiende que se ha perdido la oportunidad de dar una salida progresista a la crisis.

A quienes acusan a UGT de haberse "echado al monte" les conteta que es "el Gobierno el que se ha desplazado excesivamente a la derecha", y recomienda al Ejecutivo socialista que se apoye en los sindicatos, en los trabajadores y en su base social para que no fracasen de nuevo las nelociaciones. "Un Gobierno maduro", afirma, "debe analizar el descontento social, buscar soluciones y no dar la espalda a la realidad social'.