Una familia denuncia al hospital de Alcalá por la muerte de su hija tras una prueba rutinanaria

La familia Maroto Gálvez ha denunciado al hospital de Alcalá de Henares ante el Juzgado de Instrucción número 5 de esta localidad por considerar poco claras las circunstancias que concurrieron en la muerte, el pasado día 28 de diciembre, de Carmen Maroto Gálvez, de 20 años, que falleció 15 minutos después de haberle sido practicada una laparoscopia, prueba médica rutinaria efectuada para precisar si tenía o no un quiste en un ovario.

Según la doctora Berhal, gerente del hospital de Alcalá, la joven fue víctima de una embolia pulmonar "absolutamente fortuita e inevitable" cuando se encontraba en la sala de reanimación tras haber salido del quirófano, "y todos los intentos que se hicieron por salvar su vida fueron inútiles".

El hermano de la víctima relata de esta manera los hechos: "Una vez fuera de la sala de operaciones, los médicos comunicaron que todo había salido bien; sin embargo, a los 10 minutos salió otro doctor diciendo que Carmen se iba, que estaban intentando salvarla, y casi inmediatamente avisaron que había muerto".

Según el doctor Perera, jefe del servicio de ginecología del hospilal de Alcalá, la paciente salió del quirófano en perfecto estado, y nada más ser introducida en la sala de reanimación empezó a mostrar síntomas de asfixia y murió a los 10 minutos, posiblemente por una embolia pulmonar espontánea, sin ninguna relacion con la anestesia. Perera añade "Yo personalmente recomendé infructuosamente a la familia que nos autorizara a practicar la autopsia al cadáver".

La familia de Carmen, por su parte, afirma que no concedió permiso para practicar la autopsia porque piensan que la muerte "fue debida a la anestesia".